Todo parecía solucionado para la delicada situación económica que hace tiempo que sufre SsangYong, gracias al acuerdo con Edison Motors, mediante el cual el consorcio especializado en vehículos eléctricos adquiriría a su compatriota coreana por 304.800 millones de wones, unos 226,38 millones de euros al cambio al cierre de edición. Sin embargo, el 31 de marzo saltó la noticia de que la empresa compradora no había completado el pago antes de la fecha límite —fijada para el 25 de marzo— y, por lo tanto, la firma de SUV daba por rota la transacción.
Su actual propietario, el conglomerado indio Mahindra & Mahindra, que ya lo salvó de la bancarrota en 2010 al hacerse con un 75% de las acciones, llevaba prácticamente desde ese año intentando buscar un nuevo inversor mayoritario. Al no encontrarlo, y debido a la crisis financiera que atraviesa la fabricante, esta pasó a administración judicial en abril de 2021. En noviembre de ese ejercicio, hizo oficial que Edison Motors era el elegido entre las posibles opciones, y que para rubricar el pacto había abonado un 10% del precio final.
Ahora, al no completarse el traspaso, y cuando medios coreanos e indios, de los que AutoNews se hace eco, afirman que en SsangYong dan por roto el contrato, el futuro de la marca es incierto. Desde la compañía aseguran que buscarán otra vez comprador, pero el tiempo corre en su contra. Horas después de cancelarse la llegada del nuevo propietario, se conocía que el auditor externo Samjong KPMG rechazó su reporte financiero de 2021 por segundo año consecutivo, al tener «dudas sobre su capacidad de continuar con su negocio», según The Korea Times.
Resultados en caída
Por si fuera poco, las ventas del pasado ejercicio se cifraron en 84.496 unidades, un 21% menos respecto al año 2020, incluso cuando este fue el del comienzo de la pandemia. Por contra, en Europa, donde SsangYong comercializa los modelos Tivoli, Korando y Rexton, cerraron 11.130 entregas, una subida del 15% interanual.
