El Grupo Renault ha presentado la nueva estrategia con la que aspira a pasar de un modelo de negocio basado en el volumen a otro centrado en la rentabilidad, y en la que contempla ahondar en el recorte de costes fijos, llegando a los 3.000 millones de euros en 2025, y en la disminución de la capacidad productiva, de unas 900.000 unidades para mediados de década.
El CEO del fabricante francés, Luca de Meo, ha encabezado esta mañana el evento en el que se ha desvelado la nueva hoja de ruta, llamada Renaulution, y que refuerza algunos de los aspectos ya contemplados en el borrador del plan de medio plazo lanzado en mayo.
En él, el enfoque principal es pasar a un esquema basado en el margen de beneficio. "Todo el sistema estaba enfocado en crecer en términos de volumen; un aspecto que a lo mejor funcionaba hace unos cinco años, pero que ahora mismo falla", ha apuntado el ejecutivo italiano.
Dentro del plan, se endurece la reducción de costes fijos: si previamente el objetivo era ahorrar más de 2.000 millones de euros en tres años, ahora esta cifra ha aumentado a 2.500 millones, para llegar, en 2025, a 3.000 millones. No obstante, el directivo ha precisado que ello no implicará "ajustes adicionales de empleo respecto al programa ya anunciado", que fijaba la salida de 14.600 efectivos en tres años, de los cuales 4.600 corresponden a Francia.
Asimismo, se optimizarán los costes variables para conseguir un ahorro de 600 euros por vehículo en 2023, y la inversión en I+D y en bienes de capital pasará de suponer un 10% de los ingresos a un 8% en 2025.
La meta es que el margen operativo llegue a un 5% en 2025, así como que el flujo de caja operativo acumulado alcance, para ese mismo año, los 6.000 millones de euros. En 2023, se aspira a que las cifras sean de un 3% y de 3.000 millones, respectivamente.
En cuanto al ámbito industrial, se da un paso más en el recorte de la capacidad productiva, con lo que se establece el horizonte de pasar de los 4 millones de unidades de 2019 a 3,1 millones en 2025. Anteriormente, Renault había afirmado que en 2024 se alcanzaría la cifra de 3,3 millones, y que este proceso no afectaría la actividad de las plantas españolas.
Por el momento, se desconoce dónde tendrá repercusión el nuevo ajuste. "Nuestras acciones nos llevarán a un mejor desempeño operativo. No me pregunten exactamente dónde [en qué fábricas se producirá el impacto], no queremos entrar en el terreno de la especulación, pero tenemos ideas claras y sabemos dónde queremos estar en cuatro años", subrayó De Meo, que está a los mandos de la marca del rombo desde el pasado 1 de julio.
Se hará, además, un especial hincapié en aquellas regiones que permitan márgenes amplios, como América Latina, India y Corea, mientras que que se buscará mejorar la competitividad en España, Marruecos, Rumanía y Turquía. Por último, se intentará reforzar las sinergias con Rusia.
Respecto a nuestro país, el director ejecutivo afirmó que "el plan es bueno para España" y que supone una "oportunidad" para las plantas de Valladolid, Palencia y Sevilla, si bien esto dependerá de "la competitividad que sean capaces de negociar".
Asimismo, se pondrá en marcha una racionalización tanto de las plataformas como de los sistemas de propulsión. En el caso de los primeros, se pasará de seis a tres, mientras que en los segundos, se reducirán a la mitad, al bajar de ocho familias a cuatro.
En cuanto a las zonas geográficas de operación, "únicamente permaneceremos en aquellos lugares en los que tengamos el potencial de tener beneficios. No dejamos de lado el objetivo de tener una presencia global, pero necesitamos detener el afán por la cuota de mercado", remarcó el ejecutivo.