A pesar de que la declaración del estado de alarma no incluye medidas de paro en la industria –si bien obliga a cumplir medidas sanitarias como la separación entre operarios de un metro– la falta de piezas por los confinamientos totales de cuatro municipios barceloneses con fábricas de componentes, los contagios aislados por coronavirus de algunos empleados y, sobre todo, el miedo a caer enfermos ha ido haciendo parar todas las fábricas de montaje de vehículos en nuestro país.
De hecho, la última en sumarse a la caída de las fichas de dominó ha sido hoy la de PSA Vigo, después de que la dirección del grupo francés decidiera, el lunes 16 de marzo, suspender la actividad, de forma progresiva, de todas sus plantas europeas. La primera de las españolas en bajar el telón fue Madrid, el mismo 16, mientras que Figueruelas lo hizo al día siguiente, a pesar de que sindicatos y empresa habían pactado medidas para poder mantener la producción, ayudando a conciliar a los que tuvieran familiares a su cargo.
Las plantas del grupo francés en España esperan regresar el 30 de marzo, puesto que la compañía anunció en el comunicado que sus factorías en el viejo continente pararán hasta el viernes 27 de marzo. De esta forma, el consorcio dirigido por Carlos Tavares puso fin a la preocupación que se había extendido por algunos centros en los que, por ejemplo, en Madrid, el comité de empresa había urgido parar por no cumplirse la separación de un metro entre trabajadores.
Conflictividad por el temor al contagio
En Iveco Madrid los sindicatos habían pedido a la dirección que utilizara el ERTE que tenía en vigor para poder mantener la cuarentena de 14 días, pero como los ejecutivos no lo habían aceptado, el domingo 15, anunciaron que los empleados no acudirían a trabajar al día siguiente. Finalmente, alcanzaron un acuerdo para aplicar el expediente, al menos hasta el 6 de abril, lo que unido a la Semana Santa, supondría volver el 13.
Por su parte, Iveco Valladolid ha aprobado emplear días de regulación, igual que el centro de Madrid, después de que el lunes 16, y tras un plante de los trabajadores, decidiera desconvocar el trabajo.
En el caso de Mercedes Vitoria, la situación incluso se tensó más, puesto que el Comité de Empresa realizó una sentada en protesta, porque la compañía quería continuar con la actividad, y los operarios secundaron la movilización. A continuación, la empresa decidió detener la producción, al menos hasta el 29 de marzo, sin aclarar qué medida iba a articular y dejando en el aire cuándo volverán. Además, amenazaron a los sindicatos con denunciarles por sabotaje. El viernes se reúnen para ver qué medidas implantan.
Confinamiento en Igualada
A pesar de que las automovilísticas llevan meses capeando la falta de piezas de China y del norte de Italia con medidas como traer componentes en aviones, lo que encarece el coste logístico, el confinamiento total de cuatro municipios barceloneses en los que hay proveedores (entre los que se encuentra Igualada), obligó a parar a Seat, Nissan y Renault.
La primera de ellas aprobó un ERTE de fuerza mayor indefinido para los 14.800 empleados que tiene la empresa en Cataluña y aunque, primeramente, supuso el paro de los 7.000 operarios de la fábrica de Martorell, la previsión era que poco a poco fuera afectando a la totalidad de la plantilla, que desconoce cuándo retornará.
En el caso de Nissan Barcelona, entre hoy por la tarde y mañana por la mañana, se negociará un ERTE para alargar el paro más allá de este viernes 20 de marzo, en caso negativo se volvería a las líneas el lunes 23. Aunque la empresa no tenía intención de congelar la fabricación, la falta de componentes la obligó.
Renault también se vio afectada por la escasez de piezas y mientras que para los tres primeros días de falta de actividad aplicaron jornadas de bolsa, para el resto de duración del estado de alarma se aplicará un expediente de regulación temporal de empleo. En principio, reactivarán las líneas una vez que el Gobierno levante la medida excepcional.
VW Navarra parada hasta nuevo aviso
Aunque no ha sido por falta de piezas, VW Landaben (Navarra) también ha tenido que cesar la fabricación. Inicialmente, fue la fábrica española que primero planteó la posibilidad de aplicar un expediente, antes si quiera de que las complicaciones llegasen a España, después lo descartó, pactando unas medidas de flexibilidad con los trabajadores, por las cuáles podían acudir a trabajar aquéllos que no tuvieran inconveniente. Una vez que constataron que no había personal suficiente, suspendieron la producción indefinidamente aprobando un ERTE por fuerza mayor.
En Ford, que paró su actividad desde el turno de noche del domingo 15, esta semana la tenían reservada para las Fallas, con excepción del lunes y martes que sí estaban llamados a ensamblar vehículos. La empresa, finalmente, ha registrado un ERTE retroactivo por fuerza mayor desde el 16 y sin fecha concreta de finalización. Las condiciones se comunicarán en un encuentro de este viernes.
Por último, Nissan Ávila, donde estaba trabajando solo la mitad de la plantilla de forma rotatoria –dentro de la reconversión para pasar de fabricar camiones a recambios– se ha regulado indefinidamente hasta que dure la crisis sanitaria.
