Desde el estallido del Dieselgate, en septiembre de 2015, la cuota de mercado del gasóleo dentro de la UE no ha parado de caer, perdiendo más de 20 puntos desde entonces, y pasando del 51,68% registrado a mitad de la pasada década al 30,58% con el que se cerró 2019.
Dentro de este contexto, La Tribuna de Automoción ha consultado a las asociaciones europeas de fabricantes —incluyendo Reino Unido, fuera del club comunitario desde el pasado 31 de enero, por ser uno de los cinco mercados con más peso en la región—. Así, únicamente Austria y el país británico orientan sus previsiones de cara a 2020 con ligeros crecimientos del diésel. En el primer caso, los datos austríacos apuntan a que, si bien han finalizado el pasado ejercicio con un 38,35% de gasóleo dentro del mix de ventas, para el actual pretenden alcanzar, como mínimo, el 40%; mientras, y con un Brexit negociado entre manos, los de Boris Johnson estiman que, aunque se matriculará un 6% de este tipo de propulsiones, la cuota verá un escaso aumento de 0,5 puntos.
En un punto intermedio entre los estados comunitarios con mayores caídas y los ya nombrados, se encuentra tanto en República Checa, que no visualiza cambios en los patrones de compra, como en Alemania, donde plantean que las unidades de gasóleo comercializadas en el curso que corre serán levemente superiores al millón (en 2019, fueron 1,15 millones).
Rumanía podría encuadrarse dentro de las zonas de pequeños descensos (vaticinan pasar del 26,84% al 26%), aunque su mercado puede ser visto como algo más inestable, teniendo en cuenta el precedente de 2018, cuando su variación anual negativa fue la más destacada de la Unión, con una pérdida de 13,82 puntos.
Respecto a España, si bien la perspectiva de Anfac es que, entre 2020 y 2025, la cuota del gasóleo se sitúe en un rango de entre el 22% y el 28% —desde el 27,88% actual—, es necesario meter también en la ecuación el hecho de que, al igual que en 17 de las 21 naciones que certifican negativos, la caída de las ventas del diésel al final de 2019 se dibujaba a doble dígito (concretamente, del 25% en nuestro país).
Principalmente llamativo es el caso de Italia, que, con un 39,81% del mercado, fija sus cálculos en un cierre del año en torno al 28-30%, mientras que Francia auspicia quedarse en las mismas cifras, aunque en su caso, partiendo de un 34,12%.
2025 seguirá el mismo camino
Las estimaciones de los socios comunitarios tampoco se saldrán de la tendencia a la baja del gasóleo de cara al próximo lustro. Para 2025, tanto Dinamarca como Finlandia, Rumanía y Hungría ven claro un descenso paulatino, prácticamente al mismo ritmo que el actual, el cual derivará en gran parte en un aumento de las compras de eléctricos e híbridos.
Francia, por su parte, retrata una pérdida relativamente grande, quedándose con únicamente un 17,3% del total matriculado, mientras que países como Irlanda y Polonia verán suavizadas sus caídas —para los primeros, el diésel seguirá siendo líder del mix de ventas, mientas que los segundos aseguran que la venta de híbridos diésel ayudará a amortiguar las pérdidas—.
Los dos casos más contundentes, aunque totalmente equidistantes, son Austria e Italia. El estado del norte de Europa contempla un plan totalmente diferente al resto, ya que favorecerá el incremento de las matriculaciones de gasóleo para tratar de cumplir así los objetivos del Pacto Verde de Bruselas (esperan llegar a 2025 con un 45% de cuota). Los transalpinos, en el polo opuesto, pretenden alcanzar el ecuador de la década con únicamente un 3% del total, debido a su estrategia de «desarrollo de la movilidad sostenible» para el periodo 2021-2030, con la cual llegarían al final de ese periodo con un 0%.