En el marco del 89º Salón Internacional de Ginebra –preguntado por La Tribuna de Automoción en una mesa redonda con prensa internacional, sobre qué consecuencias podría tener para las tres fábricas del consorcio francés una restricción de vender vehículos diésel y gasolina en 2040–, Tavares ha defendido que “2040 es un camino muy largo; no puedo criticar al Gobierno porque me dé 22 años antes del deadline“. “Si España dice que no hay más motores diésel en 2040 es aceptable para mi gente, incluida la gente de España”, ha sentenciado.
No obstante, el CEO ha señalado que “los científicos tienen otra opinión”, pero “eso es otra discusión, cuando los Gobiernos nos dan tiempo para adaptarnos, nosotros nos adaptamos“. Y aunque ha pedido que se evalúe el impacto de las decisiones, qué va a pasar después de tomar estas decisiones, ha zanjado que “si me dan 22 años para adaptarme para mí está bien”.
Todo lo contrario ha ocurrido cuando ha opinado sobre la postura que ha defendido España durante los trílogos que se mantuvieron en Europa para fijar los objetivos de emisiones de CO2 a 2030, el CEO del grupo francés ha declarado que están “muy tristes por la posición extrema de España en Bruselas” y los ciudadanos españoles tienen que saberlo, “tienen que saber que lo que votan el domingo tiene consecuencias el lunes”.
“Posición totalmente extremista de España en Bruselas”
La actuación de nuestro país ha sido enmarcada con la de Francia y Portugal y, a juicio de Tavares, “fue totalmente extremista”, asimismo se ha mostrado “sorprendido” de que países que tengan una cultura tan fuerte de fabricación en automoción apoyen esas decisiones en Bruselas. “¿Cuál es el impacto? ¿Votar sin pensar en las consecuencias es democracia?”, se ha cuestionado el ejecutivo.
“Las compañías somos responsables de nuestra gestión adaptándonos a los nuevos tiempos para proteger el empleo”, pero un exceso de presión puede provocar destrucción de puestos de trabajo.
Preguntado, por el diario ABC, sobre la importancia de España para PSA, Tavares ha recordado que PSA es el primer grupo en producción y en ventas en nuestro país, por lo que es importante para la compañía. Además, ha reconocido que están satisfechos con las factorías españolas y que tienen “un gran futuro” por su capacidad en términos de calidad, rigor y coste.