Este desenlace ya había sido adelantado por la Asociación Española de Fabricantes de Vehículos (Anfac). El sorpasso brasileño se consumó en el segundo semestre. A cierre de junio, España mantenía una ventaja de 195.703 coches —incluso superior a la de diciembre de 2017, que ascendía a 111.515 unidades—, que fue neutralizada en la segunda parte del curso.
Por detrás de España, está Francia, que produjo 2,27 millones (no se computan camiones), lo que supuso un crecimiento interanual del 2%.
Si se contabilizan solo los vehículos ligeros, las factorías nacionales, por el contrario, sí que mantendrían la octava plaza por apenas 18.328 unidades, a pesar de que experimentaron un recorte del 1,01%, que sirvió para ganar a las brasileñas, que incrementaron sus guarismos un 5,23%.
El total de producción mundial retrocedió un 1,2%, hasta los 95,39 millones, destacando la evolución de la primera potencia, China, que sufrió un descenso del 4,2%, al ensamblar 27,8 millones. Por su parte, Estados Unidos mejoró su peso, con una alza del 1,1%, con 11,31 millones.
Aparte del cambio de posiciones entre España y Brasil, no hubo otros en el top 10. Si se pone el foco en las 15 primeras potencias, los protagonistas fueron Tailandia y Rusia. En el primer caso, el país asiático adelantó a Canadá, colocándose en el 11º puesto, con 2.167.694 unidades (+9%). En el segundo, el avance fue de dos plazas, dejando atrás a Reino Unido y Turquía. Concretamente, mejoró sus volúmenes de fabricación un 13,9%, hasta los 1,767 millones de unidades.
La evolución del país británico, un destino atenazado por las garras del Brexit, fue negativa, con un descenso del 8,3%, al montar 1.604.328 coches, pasando a la 14ª plaza. Por su parte, Turquía ensambló 1.587.836 unidades (automóviles y autobuses), un 9,2% menos que en 2017.
Entre las peores caídas, la más acentuada tuvo lugar en Irán, con un -40%, estimándose la fabricación de 909.000 vehículos. Una variación que se debe a las sanciones impuestas por EEUU el año pasado.