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AMG GT 4 Puertas: exceso para cinco

Juan Roig Valor / Madrid 

El mayor problema del AMG GT, lanzado hace tres años, es que solo dos personas podían disfrutar de su motor de 585 caballos. Ahora, los ingenieros de Sindelfingen han diseñado una versión que engloba lo mejor de la tecnología que ha adquirido Mercedes-Benz a lo largo de sus 135 años de historia, tanto dentro como fuera de la pista, y han hecho que cinco personas puedan notar una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos.

AMG GT 625

Juan Roig Valor / Madrid 

El mayor problema del AMG GT, lanzado hace tres años, es que solo dos personas podían disfrutar de su motor de 585 caballos. Ahora, los ingenieros de Sindelfingen han diseñado una versión que engloba lo mejor de la tecnología que ha adquirido Mercedes-Benz a lo largo de sus 135 años de historia, tanto dentro como fuera de la pista, y han hecho que cinco personas puedan notar una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos.

Es imposible hablar del GT sin mencionar a su rival más inmediato, que abrió el nicho a los sedanes familiares de altísimas prestaciones: el Porsche Panamera, lanzado al mercado en 2010. Ambos son sedanes con líneas sinuosas, capaces de comportarse cuando la situación lo requiera; ambos aúnan lujo y deportividad, representando lo mejor de Daimler y del Grupo VW. Ambos, a pesar de sus velocidades de vértigo, pueden optar a la etiqueta Eco.

Es el caso del GT 53, que cuenta con un nuevo motor de seis cilindros en línea y un sistema mild-hybrid de 48v. Éste funciona a la vez como alternador y arrancador, sumándole 22 CV y 250 Nm de par a los 435 CV que produce la combustión y le otorga el ansiado distintivo.

Por encima de él se sitúan los GT 63 y 63 S, impulsados por el V8 introducido con el biplaza hace tres años. Hechos a mano bajo la filosofía de “un hombre-un motor” en Affalerbach, entregan 585 y 639 CV, respectivamente.

Este propulsor representa el culmen técnico de los ingenieros de AMG para uso civil. Cuenta con dos turbocompresores de doble entrada, situados dentro de la V de los pistones. A efectos prácticos, se traduce en mayor potencia y en una respuesta inmediata, así como en la entrega del par, que llega a 900 Nm en la versión más potente.

En el AMG GT, prácticamente todo lo regulable está controlado por un poderoso ordenador, capaz de desactivar cuatro cilindros para mejorar los consumos, de bloquear el diferencial trasero para mejorar el paso por curva, de regular el control de tracción de forma activa (ofreciendo un modo Drift) e, incluso, de hacer que los soportes del motor se tensen para aumentar la rigidez del chasis.

Pero el AMG GT es mucho más que un motor salvaje custodiado por una centralita. El interior demuestra la trayectoria de Mercedes y el lujo. La superficie que no es cuero, es fibra de carbono, alcántara, aluminio pulido o una pantalla TFT. Todo se controla a través del regulador táctil situado en el centro o a través del mismo sistema del volante introducido en el último Clase E. Su uso, sin embargo, conlleva una curva de aprendizaje.

Los precios en España parten de los 135.700 euros para la el GT 53, de 176.200 para el GT 63 y de 195.500 para el GT 63 S. Sin embargo, la lista de opciones es amplia y permite encargar un AMG hecho a medida.