Juan Roig Valor / Madrid
Que salieran 1.000 millones de sensores para automoción de la fábrica de Madrid es un buen indicador de la dirección que se ha fijado Bosch para el futuro. La división de Movilidad sigue representando el 60% de la cifra de negocio del grupo alemán y, aunque Javier González Pareja, presidente de la filial española, se negó a desvelar ninguna del año en curso, sí que afirmó que España crecía a un ritmo superior al del consorcio en Europa.
El directivo repasó los hitos de Bosch en 2018, desde el lanzamiento de Coup —su servicio de motosharing, que cuenta con 850 unidades en Madrid—, hasta su cooperación con el CSIC en materia de sensores inteligentes para agricultura, pasando por sus cámaras con reconocimiento facial, puestas en uso en la Semana Santa y la Feria de Abril de Sevilla bajo un programa que denominan “Smart Crowd Management”.
La interconectividad es clave para la empresa, que vendió en 2017 38 millones de productos con conexión a internet, o un 60%. Para 2020, González Pareja afirma que el todos los que comercialicen tendrán esa capacidad, para formar el IoAT: Internet of All Things. Hasta entonces, prevén un crecimiento de este mercado al ritmo de un 35% anual.
No se abrirán más fábricas en España
La venta de la fábrica de Treto se debe a que Bosch se deshizo de su división de alternadores y motores de arranque, pero el presidente quiso subrayar la importancia de pasar del Made in Spain al Developed in Spain, refiriéndose al software, especialmente al de inteligencia artificial.
Por ello, adquirieron a la empresa barcelonesa de ingeniería informática ITK en 2017, pasando de sus cinco trabajadores entonces a los 2018 de ahora. Para el año siguiente, prevén contratar 65 más. Bosch pretende apoyarse en ellas para la creación de un centro de programación en la misma ciudad, donde también han abierto nuevas oficinas este año. De abrir más localizaciones en España, González Pareja afirma que solo se enfocaría en el desarrollo de software y no en la producción industrial.