Juan Roig Valor / Madrid
El más reciente servicio de alquiler de scooter eléctrico compartido llega a la capital después de su éxito en Berlín (2016) y París (2017). A diferencia de esas ciudades, en Madrid se enfrenta a un mercado concurrido, con Muving, eCooltra, ioScoot y Movo ya operativas y el desembarco del servicio del Grupo PSA, previsto para este año.
Lo que diferencia a Coup es, principalmente, el origen de su capital: 100% por parte de Bosch, que ha actuado como business angel para la marca, aunque permite su funcionamiento con independencia. De hecho, Mat Schubert, el CEO del servicio, afirmó en la presentación que seguían buscando financiación externa para su expansión territorial, que pretende ser global.
La elección de Madrid por encima de las otras 20 que se barajaban se basó en factores como la densidad del tráfico, el apoyo de los gobiernos locales, el clima o la cultura motera de la ciudad. Ahora, entre las tres, cubrirán un área de 200 km2 y con una flota de 3.500 motos.
Las tarifas actúan de forma diferente a los otros operadores de Madrid, que cobran en función del minuto (con precios que varían de los 20 a los 24 céntimos). En el caso de Coup, subirse a la moto costará tres euros de forma fija los primeros 20 minutos, y luego uno más por cada diez. Si se emplean los 20 minutos enteros, el precio del nuevo servicio es de 15 céntimos, pero desde la empresa calculan que la media de uso está en 15-17 minutos, justo el punto de inflexión con ioScoot, su competidor más barato (20c/min).
Además, proponen unas tarifas planas para su uso a lo largo del día. De 7 a 19 horas no se podrá cobrar más de 25 euros (equivalente a cuatro horas de uso ininterrumpido), mientras que en horario nocturno (de 19 a 7 horas) no cobrarán más de 15 euros, o dos horas y veinte minutos.
El scooter eléctrico, made in Taiwan
La moto, curiosamente, no tiene nada de tecnología de Bosch —ellos desarrollaron la aplicación y ponen a los directivos—. Está fabricada por Gogoro, una marca taiwanesa a la que Luis González, director general de Coup en España, se refirió como “el Tesla de los scooter eléctricos”.
Concretamente, se trata del modelo G2, que tiene un diseño funcional que permite tener los pies en plano, llevar dos cascos en su interior (aunque solo ofrecen uno con el servicio), y un motor equivalente al de un ciclomotor. Lo más interesante de estas motos son sus baterías: se pueden retirar con facilidad y reemplazarse con unas ya cargadas. De hecho, es así como pretenden reabastecer de energía a su red, cuando lleguen a un 20% de carga.
La moto en sí acelera rápido hasta los 50 km/h, momento en el cual el limitador actúa y no se permite superarlos. El centro de gravedad bajo y la entrega de par inmediato hacen que la moto sea muy maniobrable en las curvas y que se adquiera confianza con facilidad.
Respecto a la decisión de adentrarse en un mercado tan concurrido, Luis González se mostró confiado: “Tantos actores redundarán en la calidad de vida de los usuarios, que tendrán muy fácil encontrar cualquier moto cerca de ellos. Luego, la demanda irá regulando la oferta y veremos quién se queda. Nuestro plan es aumentar la flota y el territorio en unos meses”.
