Juan Roig / Renningen (Alemania)
Bosch ha conseguido 78.066 millones de euros de facturación en 2017, un 6,8% más que en el ejercicio anterior, lo que se tradujo en un beneficio neto de 3.274 millones, un 37,9% más que los 2.374 de 2016. Considerando su Ebit de 5.300 millones, su margen operativo llegó al 6,8% de las ventas.
Desglosando su cifra de ventas, la división de Mobility Solutions representó un 61%, con 47.400 millones de euros; Bienes de Consumo facturó un 24% del total, 18.500 millones; Tecnología Industrial, impulsada por las ventas de cintas transportadoras y de automatización en las fábricas, llegó a los 6.800 millones, o un 8% del total. Finalmente, el área de negocio de Energía y Construcción representó el 7% del total, con 5.400 millones.
Por regiones, Europa representó el 52% de la facturación, con 40.800 millones; Asia-Pacífico creció un 13,5% hasta los 23.600 millones, o un 30% del total. El 18% restante es atribuible a las Américas: mientras que la región septentrional (que incluye a México) cayó un 2% hasta los 12.100 millones, la meridional aumentó un 16,4%, con ventas por valor de 1.600 millones de euros.
El porcentaje invertido en I+D fue del 9,3% de las ventas, es decir 7.300 millones de euros. Fue precisamente el trabajo de innovación el que marcó la tónica de la presentación de resultados en su centro de Renningen.
Hacer del NOx una cosa del pasado
Según Volkmar Denner, CEO de Bosch, las emisiones de CO2 y de partículas han quedado en el pasado, gracias a los catalizadores y filtros disponibles en los motores Euro 5. Sin embargo, los límites de NOx establecidos por la Unión Europea para el Euro 6d, que entrará en vigor en 2020, son de 120 mg/km.
Bosch presentó un nuevo motor diésel capaz de emitir 13 mg de NOx por kilómetro en pruebas de conducción real más severas que el nuevo régimen WLTP. Este nuevo propulsor consigue esta reducción de gases nocivos gracias a una gestión de las temperaturas más eficiente, aunque el impacto en los consumos es de un 2% mayor.
Debido al Dieselgate, Bosch ha indicado a sus ingenieros que sigan tres máximas a la hora de desarrollar cualquier tecnología nueva en cuanto a la movilidad: que sean incapaces de detectar si están siendo sujetas a pruebas; que no estén optimizadas para pasar inspecciones y que minimicen el impacto medioambiental.
