Juan Roig Valor / Madrid
Jaime Moreno, subdirector general de Tráfico, explicó en la II Convención del Motor de Ganvam los planes que tenía la Administración para usar las nuevas tecnologías e informar en tiempo real de obras, peatones y obstáculos que podrían afectar la circulación.
El futuro parece estar dirigido en una dirección. Aunque todavía no esté claro si los coches que circularán en el futuro serán eléctricos o de hidrógeno, o en qué régimen de propiedad serán usados, parece que la concentración urbana y la conectividad serán inevitables. Según un estudio presentado por la DGT, la primera de las ponencias en la II Convención del Motor de Ganvam, para 2050, un 70% de la población habitará en grandes núcleos urbanos.
“Esto se traduce en entornos más exigentes en cuanto a la congestión y calidad del aire, pero también en nuevas oportunidades para hacerles frente”, comenzaba Jaime Moreno. Su ponencia arrancaba con los datos actuales que permitían entrever las tendencias futuras del sector. “No existe ninguna marca que no haya desarrollado su plataforma de conectividad, y casi todas están trabajando en asociarse con otras empresas, como Delphi, Intel o Microsoft”.
Un tercio de las tarjetas SIM de EEUU van destinadas a su uso en automóviles y los precios del gigabyte de datos han pasado en 10 años de costar 35 euros a tan solo uno. Esto permite que se vayan dando las condiciones óptimas para la explosión de servicios de conectividad para automoción.
Sin embargo, “la Administración no está para lanzar apps, sino para dar servicios que el sector privado no cubre”. Según su plan de la DGT 3.0, Moreno explicó que querían hacer uso de los datos recopilados por las marcas para generar un registro anónimo que permita dar información en tiempo real de todo lo que ocurra en las vías, a través del IoT (internet of things). Así, si un camión está entorpeciendo la marcha en una carretera, podrán hacerlo saber a los conductores rápidamente.
Otro buen ejemplo sería aprovechar la comunicación V2X (vehículo con todo, infraestructuras y otros vehículos) para saber con precisión el estado de los semáforos y poder circular de una forma más eficiente, para evitar retenciones. “En definitiva”, concluyó, “estaríamos haciendo lo mismo que ahora, pero sin depender tanto de la infraestructura física, que es lo que supone el mayor coste”.
Además, aprovechó para declarar que la DGT lanzaría la versión de prueba del ‘libro taller’, un historial digital del mantenimiento de los coches, para finales de año, y que este se implementaría a lo largo de 2018.
Las nuevas caras del sector
Las siguientes ponencias corrieron a cargo de Google y Microsoft, que aprovecharon para subrayar la importancia del análisis de datos, y cómo los vendedores de coches podrían usarlos para perfilar detalladamente a clientes potenciales e identificar rápidamente oportunidades de negocio.
Según Google, se había perdido la inspiración para incitar la compra de un vehículo nuevo, algo que el sector hacía bien décadas atrás y que ahora ha sido retomada por Samsung y Apple, de las que podría aprender mucho el sector para comercializar sus productos.
Las palabras de cierre corrieron a cargo de Lorenzo Vidal de la Peña, el nuevo presidente de Ganvam. En su discurso aprovechó la necesidad de aunar fuerzas y buscar sinergias dentro del sector para mantener la tendencia de modernización y progreso que lo caracteriza.