Pablo M. Ballesteros / Madrid
La Comisión Europea trabaja para establecer un objetivo de reducción de emisiones de CO2 para los camiones, en el año 2030, según han confirmado fuentes del organismo comunitario a La Tribuna de Automoción.
Estas fuentes han comentado que cuando se presente, antes de verano del próximo ejercicio, se tratará de la primera vez que se fijen limitaciones de CO2 a los vehículos pesados, ya que hasta ahora sólo se habían impuesto para los NOx.
En la actualidad, Bruselas está llevando a cabo un proyecto piloto de medición de las emisiones de dióxido de carbono de este tipo de vehículo, puesto que no existe una base de datos fiable al respecto. Tal y como afirma el portavoz europeo, consultado por esta publicación, el primer paso para establecer un objetivo sólido es analizar en qué parámetros se mueven actualmente los camiones.
De esta forma, el departamento de Acción por el Clima y Energía, dirigido por el comisario español, Miguel Arias Cañete, apoyará significativamente el objetivo de reducción del 30% de las emisiones CO2 para automóviles y furgonetas, en comparación con 2021, que estableció el 8 de noviembre de 2017.
Las medidas de Bruselas, “un regalo de Navidad para los fabricantes”
En una jornada sobre El futuro de los coches en España, celebrada en el Congreso de los Diputados, la asociación europea Transport & Environment (T&E) ha considerado que este límite es “como un regalo de Navidad” para los fabricantes de automoción europeos, representados por la ACEA, porque, para cumplir con el Objetivo de París se tenía que haber impuesto una rebaja del 58% y la propuesta supone la mitad de lo que se necesitaba.
Así, ha recordado que las emisiones del transporte en Europa llevan incrementándose los últimos tres años de manera consecutiva y que esta actividad representa un 23% del CO2 total, a la vez que ha subrayado que existe una brecha entre las emisiones reales y las homologadas. Por ello, considera que para cumplir con los límites de 2050, “en 2035 se tiene que vender el último vehículo de combustión interna”, pero ahora “hay 20 modelos eléctricos y 415 convencionales”.
En este apagón tecnológico también incluye a los de gas puesto que “no es una opción ni siquiera para una transición”, pues, a su juicio, es contaminante y “tiene un alto coste para la sociedad”.
Anfac critica una falta de liderazgo europeo
Mientras que desde la asociación española de Anfac, su vicepresidente ejecutivo, Mario Armero, considera que son unas restricciones fuertes y difíciles de cumplir.
No obstante, Armero ha tirado de las orejas a la Comisión Europea por establecer objetivos de CO2, pero no hacerlo así con el NOx, que es el principal problema de las ciudades. Una situación que, a su juicio, se solucionaría con la renovación del parque porque los nuevos coches son mucho menos contaminantes que la media del parque español que ya roza los 12 años.
También ha criticado que Bruselas no sea la que articule un sistema de etiquetas de vehículos, como el realizado por la DGT, o que no establezca los protocolos de restricciones de las ciudades, lo que confunde al consumidor.
Asimismo, ha recordado que España tiene que seguir trabajando para mejorar porque en el próximo año y medio se van a adjudicar muchos modelos en el mundo y “hay otros 39 países compitiendo”. Sin embargo, ya ha dado por adjudicados 14 nuevos modelos a las fábricas españolas, de los que seis serán de energías alternativas.
