Adrián Vega / Madrid
El Grupo Renault prevé incrementar su facturación en 2022 hasta los 70.000 millones de euros, frente a los 51.000 millones obtenidos en 2016, debido a un aumento estimado de sus ventas de un 40% dentro de un lustro, hasta situarlas por encima de los 5 millones de vehículos, un 40% más que los 3,5 millones registrados el año pasado.
Mientras el negocio en Europa se mantendrá estable —donde Renault se colocó en 2016 como la segunda marca más vendida solo por detrás de Volkswagen—, el nuevo plan estratégico Drive the future prevé duplicar las comercializaciones en mercados tan estratégicos como la región americana o el norte de África. Asimismo, Rusia, con la filial Avtovaz totalmente integrada en el balance del grupo, y China, gracias a la joint venture con Brilliance, ganarán peso en la facturación global del grupo.
La nueva estrategia apuesta totalmente por la electrificación, que representará un 50% de la oferta del grupo en los próximos cinco años, con ocho modelos de vehículos cero emisiones en el mercado. El consejero delegado, Carlos Ghosn, ha asegurado que, mientras otros grupos están apenas empezando esta aventura, ellos están preparados para hacerla rentable por primera vez. “La mayoría de los costes de la electrificación se acometieron entre 2012 y 2015, de ahí que tengamos una gran ventaja competitiva respecto a otros grupos, que deben afrontar ahora dicha inversión”, aseguró.
No obstante, el directivo brasileño ha reconocido que los márgenes de beneficio con el vehículo eléctrico no son tan amplios, en parte por la incertidumbre que provoca la regulación en materia de emisiones, de ahí que la revisión del margen operativo del grupo, para 2022, haya sido muy conservadora —se ha estimado un 7%— respecto a 2016, cuando se finalizó con un 6,4%. “Todos los riesgos y la volatilidad que conlleva el vehículo eléctrico están siendo tomados en consideración. Al fin y al cabo, nos mantenemos por encima del objetivo de beneficio operativo fijado en el anterior plan estratégico, que era del 5%”, recalcó Ghosn.
El gran perjudicado del nuevo plan de negocio será el diésel. En los próximos cinco años, la oferta de modelos del consorcio francés con este carburante se verá reducida en un 50% y las familias de motores pasarán de tres a tan solo una. La gasolina, por su parte, seguirá siendo objeto de mejoras tecnológicas encaminadas a reducir sus emisiones y aumentar su eficiencia.
“El Grupo Renault es ahora un grupo global sano y rentable que mira hacia el futuro con confianza. La estrategia ‘Drive the Future’ pretende lograr un crecimiento fuerte y sostenible mediante el aprovechamiento de las inversiones en regiones clave y productos, empleando los recursos y tecnologías de la alianza y mejorando nuestra competitividad. Este nuevo plan dará rienda suelta a todo nuestro potencial para innovar y crecer en una industria en rápida evolución”, concluyó el CEO.
