Inma García Ayuso / Madrid
El presidente de Volvo Car España, Germán López Madrid, mantiene que la conducción autónoma «solamente» está tecnológicamente, y «lo técnico va cinco o seis años por delante de la legislación»; si bien, en el entorno de la Unión Europea, López Madrid se alegra de que se haya avanzado, con la firma del Manifiesto de Ámsterdam, durante una reunión informal del Consejo de Transportes, el pasado 14 de abril.
Este Manifiesto, suscrito por los ministros de Transporte de los 28 Estados miembro de la UE, establece acuerdos sobre las medidas necesarias para el desarrollo de la tecnología de autoconducción en Europa y compromete a los países
miembro y a la industria de transporte a la elaboración de normas y reglamentos que permitan la circulación de vehículos autónomos. A juicio de Germán López Madrid, esta iniciativa comunitaria supondrá un «empuje a la legislación en coches autónomos, un paso de gigante», manifiesta.
López Madrid, durante la VI Jornada sobre innovación en la seguridad vial, organizada por el IE Business School, también recordó que, en 2017, Volvo hará pruebas con flotas de vehículos autónomos en, Londres y varias ciudades chinas, que se unirán a su plan de desarrollo de conducción autónoma «Drive Me», que ya está vigente en Gotemburgo.
En cuanto a los nuevos retos a los que se enfrenta la industria de automoción, el máximo directivo de Volvo en España destacó que «en 2030 la gente no va a querer comprar coches, sino soluciones de movilidad». Del mismo modo, para López Madrid es una evidencia que «la tecnología ha cambiado la industria». Así, a su juicio, «la industria del automóvil ya no es la más grande, ni la más reconocida, sino que ésta es la tecnología». En este cambio de paradigma, el directivo vaticina que «habrá que, simultáneamente, competir y asociarse con los competidores tecnológicos», puesto que, en esta «reinvención del automóvil», son los fabricantes de baterías y de tecnología los que «toman las decisiones».
A este respecto, la rentabilidad de marcas como Tesla, dependerán del desarrollo de las baterías. «Si se desarrollan en tiempo y forma y con una distribución acorde, tiene algún futuro, sino Tesla es un muerto viviente», sentencia.Todos estos cambios también condicionarán una nueva geolocalización de la industria. Europa ya no será el epicentro de los cambios del automóvil, que se centralizarán en Asia y América.
