Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid
La dirección de la fábrica de componentes de automoción de Essa Palau, gestionada por el grupo Gestamp, ha puesto en marcha un plan de prejubilaciones y bajas incentivadas hasta el 2 de febrero para lograr reducir la plantilla en 65 trabajadores, es decir, un 17% del total de 350 empleados que tiene actualmente la factoría catalana, según han informado fuentes del sector a La Tribuna de Automoción.
Así se lo ha comunicado la empresa a los trabajadores en una reunión celebrada entre ambas partes, con la presencia de representantes de la Generalitat, que desde finales del año pasado están mediando en el conflicto.
La Generalitat está presente desde que, en noviembre, el Comité de empresa, que representa a los trabajadores, denunciara a la compañía ante la Inspección de Trabajo catalana por considerar que la dirección no ha incorporado algunas de las referencias de estampación y soldadura prometidas, derivándolas a otras plantas del grupo, incumpliendo los acuerdos firmados a finales de 2013 por las dos partes y justificado así el excedente de 65 trabajadores en Essa Palau.
El plan de prejubilaciones afectará a alrededor de 25 operarios, nacidos entre los años 1957 y 1959, que abandonarían la empresa tras cumplir los 58 años y para quienes la empresa tiene preparado un plan parecido al llevado a cabo en 2011, es decir, un complemento de hasta el 85% del salario hasta los 63 años de edad.
Para las bajas voluntarias, la empresa dará a quienes se acojan una indemnización de 45 días por año con un máximo de hasta 110.000 euros, unas condiciones mejores que las ofrecidas en el anterior plan de bajas y traslados voluntarios que tuvo lugar a finales del año pasado, cuya indemnización ascendió a los 33 días por año y que no tuvo éxito, ya que sólo una persona se acogió al mismo.
El Comité de empresa está en contra de este proceso ya que creen que derivará en otro plan de bajas forzosas para completar la lista de los 65 empleados que la empresa dice que hace falta recortar en la planta. El Comité ya anunció en su momento que convocaría una huelga indefinida si la empresa decidía unilateralmente despedir a parte de la plantilla.
Tres frentes abiertos
Según fuentes cercanas al proceso, Gestamp, que gestiona la planta catalana y es propietaria de un 40% de su capital social, tiene abiertos tres frentes con el fin de hacerse definitivamente con el control total de Essa Palau, para la que ya tendría diferentes proyectos de futuro.
Por un lado, quiere reducir la plantilla, lo que incluiría desprenderse de algunos de los sueldos más altos de la factoría. Al mismo tiempo, se encuentra negociando con los acreedores para lograr una mejora en las condiciones del pago de sus deudas, incluso la quita de una parte. La deuda de la fábrica asciende a los 18,34 millones de euros y la mayor parte se la debe al Institut Català de Finances (ICF), una entidad pública dependiente de la Generalitat.
Por último, para hacerse con el control total de Essa Palau, tendría que negociar con los otros dos propietarios de la empresa, Estampaciones Sabadell y Bonmor, que poseen un 45% y un 15% del capital respectivamente.