Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid
El Gobierno ruso acaba de anunciar un nuevo plan de apoyo a la industria de automoción para los próximos tres años. Según ha publicado el periódico Automotive News, Rusia invertirá 271.000 rublos (6.000 millones de euros) hasta 2016 para investigación y desarrollo, la creación y mantenimiento del empleo y para compensar a los fabricantes por los sobrecostes originados de tener que reducir sus emisiones contaminantes.
Aunque muchos pronostican que para el final de la década Rusia será el principal mercado europeo de automóviles, el caso es que sus ventas cayeron en 2013 por segundo año consecutivo, un 6% hasta los 2,78 millones de unidades matriculadas frente a las 2,95 registradas en Alemania.
Además, la Asociación de Negocios Europeos (AEB en sus siglas en inglés) espera para el 2014 otro año débil para el país eslavo debido al estancamiento de la economía, con un descenso del 2% hasta los 2,73 millones de automóviles.
Según apunta Automotive en su noticia, Rusia introdujo en 2012 un impuesto a los importadores de vehículos para costear el achatarramiento de los coches viejos. La Unión Europea protestó y denunció esta medida ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por considerar que atentaba contra la libre competencia.
El Gobierno ruso ha anunciado que aplicará este mismo impuesto a los fabricantes nacionales y muchos ven en la inversión anunciada una forma de compensarles por esta tasa de otra forma.
En esta línea se manifestó un analista del Banco de América, que aseguró que «la introducción de subsidios recupera el apoyo del Gobierno a la industria sin que eso conlleve un coste adicional para los presupuestos.
