Nunca la creatividad ha sido más importante en la industria de la automoción. Proliferan los planes de investigación para desarrollar vehículos que se adapten a las nuevas formas de propulsión, con nuevos diseños y materiales. Es el caso del último prototipo eléctrico de Ford, el Fiesta eWheelDrive que se caracteriza porque alojará la propulsión en las ruedas.
La idea principal que ha desarrollado la marca norteamericana junto con la empresa alemana de componentes Schaeffler, es colocar dos motores eléctricos independientes en las ruedas traseras del vehículo e integrarlos en una sola pieza junto con el freno y el sistema de refrigeración.
El rendimiento de los motores sería de 54 caballos de potencia cada uno, es decir 108 caballos y un par de 700 Nm desde el mismo momento en que se pisa el acelerador.
Con este sistema, el capó se ve libre de espacio. En las primeras pruebas, se ha sustituido por las baterías, aunque éstas podrían ir debajo del coche siguiendo la tendencia general. De ser así, el capó se podría reducir considerablemente y conseguir un vehículo de cuatro y cinco plazas con un tamaño de uno actual de dos.
Fácil de aparcar
Además, el nuevo prototipo integra un sistema de dirección que permite a las ruedas girar 90 grados, lo que facilitaría las maniobras a la hora de aparcar en línea.
La intención de Ford es desarrollar un modelo eléctrico de estas características para el año 2015.
Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid
