“El BMW i3 será rentable desde el primer coche que se venda”. Así lo asegura Harald Krueger, miembro del consejo directivo de la marca alemana, quien presentó a la prensa internacional el proyecto definitivo de electromovilidad del grupo germano en la planta de Leipzig, donde se fabrica el vehículo.
Su primer producto, el BMW i3, es ya una realidad y está previsto que comience a venderse a partir de noviembre en la mayor parte de los grandes mercados mundiales.
El secreto del nuevo modelo es su diseño y construcción, con un esqueleto formado de dos partes, que BMW ha distinguido como el módulo habitacional –life module– y módulo de transmisión –drive module-. El primero está compuesto casi enteramente por fibra de carbono; el segundo, que va en la parte de abajo es de aluminio en su mayor parte, conecta con las ruedas e integra las baterías, 8 módulos de 22 kilovatios y 12 células cada una, en total 96 células y 125 kw que otorgan una autonomía de entre 130 y 160 kilómetros.
Es la primera vez que se combinan ambos materiales en un coche destinado a la producción en serie y el resultado es que el vehículo es entre 250 y 350 kilos más ligero que otro de similar tamaño hecho de hierro.
Con estas características, el motor eléctrico tiene una potencia de 170 kilómetros por hora desde el mismo momento que pisas el acelerador.
Baterías Samsung
Las baterías del nuevo i3 han sido desarrolladas por la marca alemana en colaboración con Samsung. Krueger asegura que no son tan caras como mucha gente presume, gracias a la cada vez más dilatada experiencia de la compañía germana en su producción y por la enorme reducción del peso del coche, lo que significa que las baterías no necesitan tanta capacidad.
Además, el sistema eléctrico del BMW i3 funciona de tal forma que cuando se deja de acelerar o se frena, la energía acumulada es capaz de recargar hasta un 86% de la energía de las baterías, una característica muy a tener en cuenta sobre todo en las grandes ciudades o en aglomeraciones de coches en los que se acelera y se frena constantemente.
BMW ha elegido para esta primera generación de eléctricos instalar baterías que otorguen hasta 160 km de autonomía, ya que considera que la media mundial al día no supera los 50 kilómetros recorridos y por tanto es más que suficiente. Aún así, el i3 dispone en opción de un depósito de gasolina de hasta 300 kilómetros de autonomía lo que convertiría al vehículo en un eléctrico de autonomía extendida que utilizaría un sistema similar al del Chevrolet Volt o el Opel Ampera.
Sobre los ciclos de carga, la marca asegura que las baterías durarán el equivalente al ciclo de vida útil del vehículo. Después de 150.000 kilómetros o de 10 años, BMW espera que las baterías estén en un 80% de su capacidad todavía.
El nuevo modelo de la marca germana tendrá tres tipos de cargadores, dos privados y uno para uso público. Este último es capaz de recargar la batería 30 minutos, aunque habrá que ver cómo se articula su instalación en los próximos años. Por su parte, entre los postes para instalación en casa, uno carga en ocho horas, con una potencia de 2,5 kw, mientras que el otro requiere apenas 3 horas y la potencia sube hasta los 7,4 kw. No hay precio aún de cuánto costaría instalar uno de estos en una casa.
Alberto Gutiérrez Molinero /Leipzig (Alemania)