Pablo M. Ballesteros / Madrid
En un primer momento, la que se iba a encargar de fabricar el vehículo del segmento C iba a ser Sunderland, pero una vez que el martes 18 de diciembre recibió el encargo de producir un compacto de la marca Infiniti se descartó a la fábrica inglesa por falta de capacidad productiva.
Sin embargo, ante la negativa de los representantes sindicales a aceptar las nuevas condiciones laborales, Nissan ha avisado de que Sunderland podría acogerlo con unas inversiones de entre 15 y 30 millones de euros, frente a los 130 millones que son necesarios en Cataluña.
Esta diferencia se debe a que mientras la factoría inglesa está especializada en los vehículos de pasajeros –y puede ampliar sus instalaciones sin mucho esfuerzo–, Zona Franca no tiene tradición en turismos, ya que en Barcelona se ensamblan comerciales ligeros y todoterrenos.
Si hay pacto iría seguro a Barcelona
No obstante, Japón envío un correo electrónico el 20 de diciembre para confirmar que la fábrica de Barcelona será la encargada de llevar a cabo el nuevo vehículo del segmento C del que se producirían 82.000 unidades anuales, siempre que los sindicatos firmen la doble escala salarial indefinida para los nuevos trabajadores –con un sueldo inicial de 19.900 euros y un tope de 29.000 euros– que es donde se encuentra el problema principal. Nissan avisa de que en caso de que no se firme el acuerdo, Zona Franca perderá la adjudicación.
El problema que tiene la marca nipona es que producir 600.000 unidades en Sunderland (cifra que se alcanzaría con la ampliación) supondría “crear un monstruo” difícil de alimentar y que pondría en peligro la fábrica de Barcelona, lo que supondría “poner todos los huevos en la misma cesta”.
Ante esta situación otra posibilidad podría ser que Nissan decidiera retrasar la producción de este vehículo del segmento C.
