La crisis ha hecho más necesario que nunca poner en práctica una conducción eficiente al volante. El objetivo es ahorrar combustible y de paso reducir las emisiones contaminantes.
Autoescuelas, Asociaciones y Universidades han lanzado en los últimos meses cursos para una conducción eficiente y ahorrativa. La última que se ha unido a esta moda ha sido la Universidad Miguel Hernández, que ha organizado en sus cuatro campus un taller para conducir sin emitir dióxido de carbono y ahorrar dinero en gasolina.
Entre los consejos que han dado destaca levantar el pie del acelerador con la marcha puesta, un truco que consigue el consumo 0 en los vehículos con motores de inyección directa.
Si levantar el pie con una marcha puesta es una buena práctica, la vieja costumbre de poner en punto muerto el coche no lo es tanto.
En este sentido, para reducir la emisión de dióxido de carbono y, al mismo tiempo, gastar menos dinero en gasolina, se recomienda circular por la ciudad con marchas largas, por ejemplo, en quinta, ya que las cortas se caracterizan por tener más potencia, pero también consumen más.
Otro consejo es considerar apagar el motor en semáforos de larga duración y saltarse el orden de las marchas para evitar pisar más veces el embrague.
Un consejo más difuso, aunque importante para la conducción eficiente es estar muy atento al volante, de tal forma que te anticipes a las posibles eventualidades del tráfico para actuar con rapidez ante lo que ocurre en la vía.
Entre los fallos más comunes que se han observado en los cursos de la Universidad Miguel Hernández, está la costumbre de transitar muy por encima o muy por debajo de las revoluciones aconsejadas. Por ello, los instructores del taller recomiendan para los coches diesel circular entre 1.300 y 2.000 revoluciones y para los gasolina entre 1.800 y 2.500 revoluciones.
Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid
