Pablo M. Ballesteros / Madrid
Prácticamente uno de cada cuatro conductores no ve bien, lo que es lo mismo que decir que seis millones de personas que se sitúan detrás del volante posee algún tipo de deficiencia visual. Entre los inconvenientes más comunes se encuentra la mala graduación de las gafas, un problema que presenta el 58,4% de los conductores con lentes.
Según se desprende de un informe presentado por el RACC y realizado por la asociación Visión y Vida, el 36,9% de los conductores de avanzada edad tienen dificultades para distinguir colores.
Otras de las dificultades a las que se enfrenta el 37% de los conductores es no poder leer las letras cuando el contraste con el fondo no es elevado, así como la falta de visión tridimensional una disfunción que padece el 6% de las personas que conducen y que les dificulta la circulación en situaciones dinámicas.
Ante esta disyuntiva los autores del estudio denuncian que los exámenes psicotécnicos que los futuros conductores realizan antes de obtener el permiso de conducir son “poco rigurosos”.
