Yago López / Madrid
Tras mostrar los resultados de 2010, Renault ha presentado su plan estratégico para los próximos ejercicios, en los que pretende doblar su margen operativo y llegar hasta los 3 millones de unidades vendidas en todo el mundo en 2013.
Para cumplir dicho objetivo la marca francesa pretende entre otras cosas nacionalizar el vehículo eléctrico, desarrollando para ello las baterías en el país galo, concretamente en la planta de Flins en Yvelines, en la que el Estado invirtió 195 millones de euros. El Ejecutivo, tras esta inversión, peleará por hacerse con la propiedad intelectual e industrial de las baterías (que constituyen la mitad del precio del vehículo eléctrico).
Con estos cambios la marca pretende hacer del eléctrico un producto 100% francés, sin las incomodidades de tener que importar y financiar la tecnología asiática que deriva de la alianza con la japonesa Nissan.
La planta de Flins podrá contar con los medios necesarios en un plazo de tres años, tal y como el ministro de Industria francés, Eric Besson, sugirió al número dos de la marca, Patrick Pélata, cuando este último adelantó los resultados y planes de Renault al Ejecutivo –el principal accionista del fabricante–.
Renault pretende vender 100.000 unidades de vehículos eléctricos en 2013, para ello sacará tres modelos durante este año, el Fluence, la furgoneta de carga Kangoo, y el Twizy, que se fabricará en Valladolid. En 2012, lanzará el Zoe.