El director general de Tráfico, Pere Navarro, ha apostado por “pacificar” el tráfico de las ciudades ampliando las zonas con una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora -la conocida como “zona 30”- a todas las áreas residenciales y vías adyacentes.
Navarro, en una comparecencia ante la Comisión de Interior del Senado, se ha mostrado convencido de que si los conductores respetaran los semáforos y el límite vigente de 50 kilómetros por hora y llevaran puesto el cinturón, sólo habría golpes “de chapa” y se reducirían al máximo las víctimas mortales en zona urbana.
El responsable de la DGT ha reconocido que su departamento no tiene competencias sobre el tráfico en las ciudades, pero ha dicho que no vale escudarse en que la autonomía municipal es “sagrada” para no hacer frente a un problema que es “de todos”.
“Hay que incidir en la disciplina en los semáforos y la velocidad en las ciudades. La gravedad de las lesiones se agrava con la velocidad”, ha recordado.
Según sus datos, el año pasado murieron aproximadamente unas 600 personas en accidentes de tráfico en ciudad. De éstos, casi la mitad -275 personas- eran peatones, 200 circulaban en moto, unas 100 en turismo y trece iban en bicicleta.
El responsable de la DGT ha reconocido que la reducción de la siniestralidad vial experimentada en los últimos años ha sido menor en las vías urbanas, en donde se registran 47.000 accidentes con víctimas cada año.
“Es normal que el descenso sea menor, es algo que pasa en toda Europa, porque en la carretera es el vehículo, el conductor y la vía, y en la ciudad es más complejo. Hay más elementos: los peatones, las motocicletas o los semáforos”, ha destacado.
En este sentido, Navarro ha expresado su preocupación por la alta mortalidad de los peatones mayores de 75 años, que representan casi la mitad de los viandantes fallecidos.
El segundo colectivo con más víctimas mortales en zona urbana es el de los motociclistas, con dos centenares de fallecidos en 2009. Más de la mitad -el 56 por ciento- de los motoristas muertos llevaba motos potentes de más de 500 centímetros cúbicos, y sólo el 16 por ciento, una motocicleta de 125, de las que se pueden conducir con el carné de coche.
El director de la DGT ha destacado además el escaso número de ciclistas que pierden la vida en zona urbana, a pesar de la imagen que existe de que circular en bici es “tremendamente peligroso”.
“Queremos que se siga impulsando la bicicleta en ciudad”, ha asegurado Navarro que ha avanzado que el reto es fomentar el uso del casco, las prendas reflectantes, y las luces durante la noche porque los ciclistas “también tienen que poner algo de su parte”.
Turno de réplica
En su turno de réplica, el senador de PP Luis Peral ha alertado del “porcentaje notable” de motoristas que “no respetan las normas” y que ponen en peligro la seguridad del tráfico en las ciudades.
Unos reproches rechazados por Pere Navarro que considera que no hay que buscar “culpables” ni “echar pelotas en el campo del otro” sino asumir cada uno la responsabilidad que le corresponde en la mejora de la seguridad vial. EFE