Santiago López / Madrid
El índice de mortalidad infantil en accidentes de tráfico ha descendido en un 90% desde 1992 hasta 2009, y una gran culpa de este dato esperanzador la tienen compañías como la Fundación Mapfre y Ford, que ha invertido una gran parte de su presupuesto en la seguridad de los ocupantes de sus vehículos.
La gran cruzada de esta marca ha sido instalar este tipo de sistema de seguridad en coches de precios asequibles y no sólo en asientos delanteros, también los asientos traseros cuentan con anclajes Isofix.
Un ejemplo de los avances en los que está progresando Ford y los cuales están siendo incluidos en su nueva gama C-MAX, es el sistema Rear Seat Beltminder cuya finalidad consiste en alertar al conductor en caso de que uno de los pasajeros de la segunda o tercera fila no tenga su cinturón correctamente abrochado.
Tecnología y seguridad de la mano
Estos avances de seguridad están avalados por las pruebas independientes Euro NCAP, que ya han premiado a Ford con la máxima distinción posible, las cinco estrellas en seguridad, además estos siguen trabajando en un sistema que reduzca el daño letal en peatones atropellados, ya que según el estudio de la Fundacion Mapfre, de los 60 niños fallecidos durante 2009, 20 de ellos se produjeron en el ámbito urbano siendo 19 los menores fallecidos en atropellos en ciudad. Así pues Ford ha decidido ponerse a trabajar en un modelo que incorpore un capó con zonas semiblandas donde se supone que impacten las zonas más fragiles del peatón.
Todo esto demuestra que el mensaje que se está mandando desde dichas plataformas es acertado, los datos de siniestralidad lo avalan con constantes reducciones, y desde que se produjo el cambio de normativa en 2006, los más pequeños están un poco más seguros dentro de un automóvil.
