ÁNGEL ALONSO
Seguro que a muchos de ustedes, queridos lectores de La Tribuna de Automoción, les habrá resultado chocante, y puede que hasta forzada, la participación en nuestra sección de Mesa y Mantel del colectivo de los arquitectos.
Confieso que la sorpresa tampoco fue ajena a estos profesionales cuando se les hizo llegar el deseo de que intervinieran activamente en el coloquio de una revista especializada en el automóvil. Puede que por curiosidad, puede también que por interés o inquietudes varias, lo cierto es que la invitación fue aceptada de inmediato y los resultados, por las revelaciones que surgieron en el tradiconal almuerzo del cocido de L’hardy, no han podido ser más provechosos.
Opinión completa en la edición impresa de La Tribuna de Automoción nº 349