El Grupo Volkswagen y los sindicatos alemanes han iniciado esta mañana en Hannover (Alemania) las negociaciones sobre el programa de reducción de gastos de la compañía, el cual incluye posibles despidos y cierres de fábricas en el país germano.
Tras tres horas de reunión, el sindicato IG Metall convocó una rueda de prensa en la que anunció que las negociaciones por el momento estaban siendo un fracaso, dado que VW mantenía su posición sobre el cierre de fábricas y despidos. Además, la central destacó que la compañía se está planteando la reducción de salarios. Por el momento, el nombre de las fábricas afectadas sigue siendo una incógnita.
Por su parte, la presidenta del Comité General de Empresa de Volkswagen AG, Daniela Cavallo, señaló que: «El inicio de las negociaciones fue una completa decepción, porque la empresa no aportó nada, salvo un lamento de una hora sobre la dura situación competitiva. En lugar de eso, los empresarios deberían asumir por fin su responsabilidad y decir adónde quieren ir». Asimismo, agregó que con esa actitud no se producirán avances.
Antes del comienzo de la reunión, más de 3.000 trabajadores se congregaron enfrente del Palacio de Hannover para recibir a los altos directivos de la compañía con silbidos y abucheos. A su vez, el director de distrito y principal negociador de IG Metall, Thorsten Groeger, destacó en un discurso que «no se hablará de cierres de fábricas ni de despidos masivos». Los representantes de los trabajadores han amenazado con huelgas que podrían paralizar las instalaciones de la compañía durante semanas, posiblemente a partir de principios de diciembre, e insistió en un aumento salarial del 7%.
Una prueba importante para Blume
La semana pasada, el CEO del grupo alemán, Oliver Blume, señaló en una entrevista en la emisora RTL/ntv que esperaba ver «un movimiento significativo» en este encuentro para poder avanzar en el aspecto de los costes. «Los gastos en Volkswagen son demasiado altos comparados con la competencia internacional», declaró y agregó que la empresa revisará todos los aspectos en las próximas semanas con respecto a los recortes. La disputa es una prueba importante para Blume, después de que los enfrentamientos sindicales hicieran caer a varios de sus predecesores.
La marca VW se está esforzando por cumplir su objetivo de reducir costes en 10.000 millones de euros, sin embargo se está encontrando con problemas como la reducción de las ventas y la falta de componentes. Según fuentes del periódico alemán Handelsblatt, actualmente, la firma se encuentra 2.000-3.000 millones de euros por debajo de sus metas de ahorro de este año.
Posición del Gobierno alemán
Desde que a finales del 2023 se retiraran abruptamente las ayudas a los eléctricos por parte del Gobierno alemán, este mercado (que a pesar de todo se mantiene como el principal vendedor de vehículos en Europa) ha visto caer sus índices interanuales mes a mes. Especialmente agosto fue un mes duro en este aspecto, ya que, de acuerdo con los datos de la ACEA, presentó una contracción del 27,8% en las nuevas matriculaciones. Aún más agónico fue el descenso del segmento de eléctricos, que perdió un 68,8% en comparación con el mismo periodo del año anterior, ya que solo se registraron 27.024 nuevos VE.
Ante estas circunstancias y bajo la presión que supondría el histórico cierre de plantas de Volkswagen, el vicecanciller y ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, se mostró abierto a la posibilidad de implementar nuevas ayudas para la automoción. Y es que, durante una visita a una planta del conglomerado liderado por Blume en el noroeste de Alemania, aunque señaló que los fabricantes de automóviles deben asumir parte de la responsabilidad por sus problemas actuales, también expresó que siente «la obligación de hacer algo para que el mercado vuelva a funcionar».
Además, se reunió por videoconferencia, el 23 de septiembre, con representantes de VW, Mercedes-Benz y Continental, junto con los portavoces del sindicato IG Metall y la VDA, la asociación alemana de industria, con el objetivo de afrontar los desafíos que presenta el sector.
Paquete de incentivos
Ya a principios de septiembre el Gobierno federal había aprobado un nuevo paquete de incentivos dirigido a fomentar la compra de coches eléctricos, con el objetivo de reactivar su demanda. Por ejemplo, incluía una deducción fiscal de hasta el 40% sobre el valor del vehículo para empresas, lo que supondría un impacto de 465 millones de euros anuales sobre los presupuestos generales entre 2024 y 2028.
Sin embargo, hay discrepancias sobre este tema en la coalición gubernamental liderada por Olaf Scholz. Mientras que los socialdemócratas (SPD) y los Verdes se inclinan por ofrecer incentivos directos para fomentar la compra de cero emisiones, los liberales del FDP, encabezados por el ministro de Finanzas, Christian Lindner, han mostrado su reticencia. Lindner incluso aseguró que es poco probable que su partido apoye una propuesta del SPD para reintroducir un bono de desguace de 6.000 euros, destinado a los conductores que cambien sus coches de combustión por eléctricos.