Cupra está últimando sus planes de lanzamiento en Estados Unidos, un desembarco que, en el apartado comercial, no se realizará directamente a través del fabricante, sino que la intención es cerrar un acuerdo con un gran distribuidor de vehículos local que se encargue de la venta, según han informado a La Tribuna de Automoción fuentes del sector conocedoras de la estrategia de la marca.
Estas mismas fuentes precisan que la compañía con la que se suscribirá una alianza ya ha sido seleccionada por el equipo del CEO, Wayne Griffiths. Con la apuesta por un socio americano, la firma propiedad de Seat seguiría el mismo camino emprendido por el máximo responsable del Grupo Renault, Luca de Meo, con Alpine. Y es que el directivo italiano mantiene abiertas unas negociaciones con AutoNation, uno de los operadores más relevantes del mercado estadonidense, que, al cierre de 2022, contaba con 343 concesionarios de 33 enseñas diferentes que entregaron 229.971 coches nuevos.
La decisión de la entrada en EEUU, como confirmó Griffiths en una mesa redonda con prensa en el Salón del Automóvil de Múnich, se tomará a finales de 2023. Salvo sorpresa mayúscula, todo indica que el Grupo VW dará luz verde a la expansión, y es que el ejecutivo británico subrayó que hasta la fecha todo «pinta bien» después de las pruebas de producto que se han hecho con clientes en los últimos meses.
Cupra en EEUU: SUV eléctricos del segmento D o superiores
La llegada al gigante norteamericano implicará, a raíz de la aprobación de la Inflation Reduction Act (IRA), la producción de los coches en la región, bien en la planta del consorcio germano de Chattanooga o en las mexicanas de Puebla y San José Chiapa.
En relación a la gama de vehículos, la oferta sería de modelos 100% eléctricos de tipo SUV enclavados en el segmento D o superiores, que son los demandados en EEUU, como puntualizó Griffiths.
La comercialización de Cupra no se desarrollará en todo el país, sino que los planes pasan por centrar los esfuerzos en las ubicaciones más relevantes de la costa este y oeste, con el fin de ser más eficaces y para contener las inversiones en marketing.
En caso de que se apruebe la incursión en EEUU, esta se abordaría en la segunda mitad de la presente década. Una vez se iniciasen las operaciones, la marca aumentaría considerablemente su potencial de ventas, estando en condiciones de superar su actual objetivo de vender 500.000 unidades en 2025.
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