Los fabricantes europeos de coches podrían tener pérdidas de hasta 4.300 millones de euros si no se retrasa la entrada en vigor del acuerdo comercial posBrexit entre la UE y el Reino Unido, según la Asociación de Constructores de Automóviles (ACEA). A partir del año que viene, los vehículos eléctricos deberán tener al menos el 45% de sus piezas procedentes de ambas regiones o se enfrentarán a aranceles del 10%.
Para resolver este problema, el país inglés insiste en prolongar las normas actuales hasta 2027. Sin embargo, desde Bruselas han descartado esta idea y algunos funcionarios animan a Londres a suscribirse al Convenio Paneuromediterráneo, achacando que «sería la forma más sencilla» de solventar esta situación, porque permitiría a las marcas británicas eliminar barreras para formar parte de las cadenas de suministro.