La propuesta de la Comisión para la Ley Europea de Chips busca movilizar 43.000 millones de euros en inversión público-privada que impulsen la industria comunitaria, especialmente en el ámbito productivo, para pasar del 9% de cuota mundial que representa a día de hoy hasta un 20%. Su primera versión, que llegó el 8 de febrero, tuvo una gran acogida, aunque aún quedan muchos flecos por resolver. Es lo que evidenció la última reunión del Comité de Representantes Permanentes, en la que la presidencia del Consejo —actualmente, la República Checa— intentó pulir al máximo las diferencias de cara a adoptar su posición común, que llegó en el encuentro de Competitividad de hoy.
Según un borrador publicado por Euractiv, uno de los principales puntos de fricción era cómo financiar la iniciativa Chips for Europe, uno de los ejes del plan, ya que el presupuesto comunitario está bastante restringido y la ley no existía cuando se aprobó. Recortarlo en exceso sería contradictorio con la ambición de la norma de reducir distancias con EEUU o China, pues estos destinan miles de millones, más incluso que los proyectados inicialmente en el plan del Viejo Continente.
Así, Praga abogó por reducir en 400 millones la partida de…
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