Tras dos años en los que la demanda de autobuses de larga distancia prácticamente desapareció y con un transporte público que trata de recuperar los usuarios perdidos durante la pandemia, la división de Buses de Man Iberia, compañía de vehículos industriales del Grupo Volkswagen, están apostando por la tecnología eléctrica como la movilidad del futuro. Según el director comercial, Manuel Fraile, los pedidos se ha incrementado exponencialmente en los modelos urbanos, hasta el punto de que esperan que representen más de la mitad de las ventas el próximo año.
En una entrevista con La Tribuna de Automoción en el número de la segunda quincena de abril, el ejecutivo explicó que “las propulsiones diésel prácticamente ya no tienen demanda, estando por debajo del 10%”. Por ese motivo, la marca plantea actualmente un porfolio protagonizado por las híbridas de gas, que copan entre un 35% y un 40% de las matriculaciones. Sin embargo, y aunque estas mecánicas sean actualmente las más demandadas, gracias a “la paridad de costes o las subvenciones europeas”, las cero emisiones “se están disparando”, reconoció Fraile.
De acuerdo a las cifras de la compañía, en 2021, las solicitudes de urbanos con este tipo de motorización se incrementaron de un 5% a un 10%, pasando en el actual ejercicio a ser un 25% y con expectativas de superar el 50% en 2023. Asimismo, ha recordado que este fuerte peso de la electrificación no se replica en los los interurbanos y de largo recorrido, "que irán en una tercera fase de electrificación”.
A pesar de que la inversión necesaria para adquirir un bus a pilas es del doble que en uno térmico de características similares, Man asegura que, debido a la diferencia de precio en cuanto a combustible y mantenimiento, el coste durante toda la vida útil del primero al del segundo. “Una vez que pueden probarlo de primera mano, se convencen”, expresó Fraile, refiriéndose a sus clientes, antes de añadir que “de nuestras primeras pruebas han venido nuestras primeras ventas y el usuario está muy abierto, porque ve las ventajas con claridad y hay mucho apoyo político”.
Si bien la marca no se plantea eliminar en el medio plazo los de combustión de su gama de productos, sí apuntó que “los desembolsos dentro de la empresa se van a ir focalizando cada vez más en las propulsiones alternativas”.
Resiliencia tras la pandemia
En cuanto al volumen de ventas de la compañía, Fraile señaló que existe una relación directa entre la severa caída que la insignia sufrió en el año del confinamiento, de un 37,9%, y que en el ejercicio siguiente fue del 10,3% , y la contracción de la demanda de buses urbanos, que “ha descendido hasta un 70% en algunos sitios, siendo a día de hoy del 80%”, así como el mercado del Coach —larga distancia, donde se concentra su mayor nicho de clientes (20%)—, que “retrocedió un 85% interanual en 2020 y siguió bajando en 2021”, pasando de representar “el 50% de todas las ventas a solo un 15%”.
Sin embargo, el directivo cree que la situación se va “a recuperar, es algo que ya estamos viendo en Urbano gracias a las ayudas de los fondos europeos, pero en largo recorrido tardará al menos un par de cursos”.
Además, planteó que “la mejora va a depender mucho de cómo evolucione la temporada turística, de los combustibles y de cómo puedan acceder a financiar la renovación de su flota”, en un panorama en el que “se ha retrocedido una década en cuanto a la cultura del uso del transporte público, ya que mucha gente ha vuelto al vehículo privado y va a costar recuperarlos”.
Sobre la guerra y la falta de chips
El director comercial de Man reconoció que ha habido un incremento en el precio de sus productos, debido a la inflación y a la subida de costes —que en los automóviles ha sido del 7%—, sin embargo, al tratarse de modelos hechos a la medida del cliente, apuntó que “no se puede cuantificar”. Respecto a los problemas de abastecimiento de cables a los que tuvieron que enfrentarse las fábricas de Volkswagen en Alemania como consecuencia de la guerra en Ucrania, explicó que no es algo que haya salpicado a su compañía, “pero la situación es muy volátil y podemos vernos tocados en cualquier momento”.
Del mismo modo, la huelga de transportistas tampoco hizo mella en su negocio, ya que sus “piezas vienen de Alemania, que es donde están los almacenes centrales”. “En Coslada (Madrid) tenemos el regional con mucho stock, desde el que se sirve a España y Portugal, que es propio y no subcontratado, lo que también ha ayudado”. Además, el confinamiento, señaló, sirvió como preparación para enfrentarse a este tipo de escenarios adversos.
Mientras que en automóviles la falta de producto ha provocado una revalorización de los VO, en este mercado, la caída del Coach, ya mencionada, ha hecho que esto no se traslade a los modelos de larga distancia, a pesar de lo cual, aseveró se están “trayendo autobuses de fuera de España para complementar nuestra oferta”.
En relación a las dificultades a las que se están enfrentando sus clientes, el ejecutivo expresó que “el sector tiene una situación tan terrible que las empresas requieren de ayudas excepcionales”. No solo con “bonificaciones para el combustible”, sino también “para generar demanda”, ya que “durante dos años no se han movido autobuses porque no había pasajeros”, sentenció.
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