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Todos tenían un Plan

El podio de Fernando Alonso en el GP de Catar era un momento esperado por aficionados de todo el mundo, y también por la práctica totalidad del paddock del Gran Circo. Una recompensa, tras siete años de ausencia en lo más alto —y una retirada de por medio—, que ha recordado a otros grandes retornos a la senda del triunfo después de intensas sequías.

Fernando Alonso, en el podio del GP de Catar en 2021.

El domingo 21 de noviembre de 2021, un relámpago azul recorrió la recta de meta del circuito de Losail. Es complicado apreciar la felicidad de una persona tras un casco, pero los ojos de Fernando resplandecieron al pasar bajo la bandera a cuadros. Había vuelto. De nuevo, siete años después, con los 40 ya cumplidos, el champán volvió a mojar su mono en el tercer escalón del podio del Gran Premio de Catar.

Alonso no tocaba un trofeo de Fórmula 1 desde el GP de Hungaroring en 2014. Y propios y ajenos en el paddock y tras las pantallas de sus televisiones no pudieron evitar pensar en ese mantra que el equipo Alpine y el propio ovetense llevan repitiendo desde que comenzó la temporada: «Confiad en El Plan». Un concepto casi místico que poco a poco, con gestas como esta, se va materializando de cara a lo que pueda venir en 2022 con el cambio de reglamentación del Gran Circo. Una esperanza, sobre todo para los aficionados, de que ‘El Nano’ retorne pronto a la primera línea de la parrilla de salida.

Fernando Alonso y el Ferrari F14-T, al término del GP de Hungría en 2014.

Pero no ha sido el único. Otros grandes de la historia del motor ya tuvieron su «Plan» particular para volver a saborear las mieles del éxito tras mucho tiempo de sequía. En un contexto similar, tanto Michael Schumacher como Kimi Räikkönen lograron subirse al cajón varios años después, con una retirada de por medio. En el caso del Kaiser, tras haber dejado la F1 en 2006 después de ganar siete campeonatos del mundo —cinco seguidos con Ferrari—, retornó en 2010 de la mano de la recién creada escudería Mercedes, con la que alcanzó un único tercer puesto en el GP de Valencia en 2012, paradójicamente compartiendo la foto con el español y el finés. En cuanto a Kimi, fue el que menos tardó en volver a abrir sus vitrinas dentro de este particular trío, pues dejó los monoplazas en 2009 para irse a correr rallyes, y en 2012 estaba montado en un Lotus Renault atómico con el que no solo consiguió una victoria y siete podios, sino que le encumbró como tercero en la clasificación total habiendo estado tres años fuera.

Kimi Räikkönen (P2), Fernando Alonso (P1) y Michael Schumacher (P3) en el podio del GP de Europa 2012, celebrado en Valencia.

Mayor gesta aún fue la de Niki Lauda, coronándose como campeón del mundo en 1984. El austríaco posee, por ahora, el récord de ser quien más tiempo ha tardado en volver a ser el número 1, pues pasaron siete años desde su entorchado de 1977. De hecho, Lauda también se retiró durante tres años, algo lastrado por las heridas de su brutal accidente en Nürburgring en el 76, pero McLaren le llamó en 1982, donde acabaría venciendo a Prost en el 84 por apenas medio punto.

El paseo de Le Mans

En el campo de la resistencia, también se encuentran grandes ejemplos de persistencia en la búsqueda de los primeros puestos. Y no solo eso, sino que el mayor exponente en esta categoría no es otro que el belga Jacky Ickx, quien, tras alzarse con su primera victoria en las 24 Horas de Le Mans en 1969, hubo de esperar hasta 1975 para poder llevarse a casa otro trofeo de La Sarthe.

Jacky Ickx avanzando hacia su Ford GT40 en las 24 Horas de Le Mans en 1969.

Lo más llamativo de su caso fue que, en ese primer oro del trazado francés, que logró en un Ford GT40 con Jackie Oliver, Ickx se convirtió en mito por romper con el peligroso procedimiento de salida establecido hasta entonces: cuando todos los pilotos debían ir corriendo hacia sus coches y arrancar sin cinturón abrochado ni cuidado por atropellar a otros, él decidió avanzar despacio, caminando, y echar a andar el último, logrando llegar primero aun con ello. A partir de esa edición, la organización decidió modificar las normas y que la bandera verde se diese con todos los conductores ya al volante.

Los rallyes, terreno fértil

Si se habla de grandes campeones, no se puede obviar la figura de Sébastien Loeb, el rey del WRC, con nueve mundiales de rallyes consecutivos en su haber —entre 2004 y 2012—. El mago de Alsacia se retiró en 2013 con 78 victorias en su palmarés, y, tras una mínima reaparición en el Montecarlo de 2015, volvió a sentarse en un backet oficial en 2018, llegando a la 79 en el Rally RACC de Catalunya —por novena vez en su carrera— con su equipo de siempre, Citroën y su copiloto de toda la vida, Daniel Elena.

Sebastien Loeb y Daniel Elena como vencedores en el podio del Rally RACC de Catalunya en 2018.

Por otro lado, en el terreno desértico, Carlos Sainz (padre), bicampeón del mundo en 1990 y 1992, esperó hasta ocho años en el Dakar, tras lograr su primer trofeo del touareg en 2010 con Volkswagen y volver a levantarlo en 2018 con el Peugeot 3008 DKR Maxi —ambos de la mano de su inseparable navegante Lucas Cruz—, que también llevaban Stéphane Peterhansel, Cyril Despres y el anteriormente mencionado Sebastien Loeb—, quienes habían copado el podio en la edición previa.

Las marcas necesitan más

No solo de los campeonatos de pilotos vive el hombre. Por ello, en la mayor parte de las disciplinas, también hay trofeo para el constructor. Y en este ámbito, no han sido pocos los equipos que han tenido que aguantar sequía de champán durante mucho tiempo. Sin ir más lejos, la Scudería Ferrari ha pasado por varias malas rachas que siempre ha conseguido levantar: 11 años entre 1964 —con John Surtees y Lorenzo Bandini— y 1975 —Niki Lauda/Clay Regazzoni—, 16 entre 1983 —Patrick Tambay/René Arnoux— y 1999 —Michael Schumacher/Eddie Irvine—, y 13 hasta el momento, desde 2008 —Kimi Räikkönen/Felipe Massa—.

Casos más recientes se han sucedido en las dos últimas temporadas. En 2020, con Pierre Gasly ganando en Monza con su Alpha Tauri, consolidando la segunda victoria de la anterior escuadra Toro Rosso, que hasta entonces solo tenía tan grato recuerdo en el mismo escenario en 2008 con un joven Sebastian Vettel a los mandos.

Pierre Gasly, en el podio del GP de Italia en 2020.

En este curso 2021, los protagonistas de esta hazaña han sido Esteban Ocon, compañero de Alonso en Alpine, que vencía en el GP de Hungría —los galos no se llevaban un primer puesto desde 2008 con el propio español en Fuji—; y Daniel Ricciardo, que devolvía a McLaren a la senda del triunfo en el GP de Italia, algo que los británicos no lograban desde 2012 —además, gracias al segundo puesto de Lando Norris, la marca registraba su primer 1-2 desde 2010—.

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