Uno de los objetivos de Stellantis, tal y como pusieron de manifiesto en su jornada EV Day el pasado julio, es el de alcanzar 260 GWh de capacidad productiva al año en baterías. Dentro de su estrategia, contemplan la creación de gigafactorías en Europa a través de su joint-venture con Total y Daimler, ACC —ya están bajo construcción Douvrin (Francia), Neckarsulm (Alemania) y Térmoli (Italia)—; por la transición de ciertas marcas a ser exclusivamente eléctricas (Opel y Fiat) y por la reestructuración de cadenas de montaje para ensamblar modelos que no sean térmicos.
La última de estas es el centro histórico de la marca Fiat, Mirafiori, situada en Milán. El consorcio ha decidido asignar a la fábrica el ensamblaje de los Maserati Ghibli y Quattroporte —que se hacen en Grugliasco, a cuatro kilómetros de distancia— además del nuevo Fiat 500 cero emisiones que ya se construye ahí, junto con el Maserati Levante. Entre 2022 y 2024, por lo tanto, se montarán tanto modelos propulsados con combustibles fósiles como sin ellos y la empresa ha indicado que pretende que se convierta en el centro de producción electrificada en el país alpino. En un comunicado, afirmaron que estaban “trabajando con celeridad para que todas las localizaciones italianas estuvieran listas para la transición energética y darles un papel estratégico dentro del grupo”.
Además de la llegada de los Maserati, Stellantis también ha decidido dotar a Mirafiori con su plataforma híbrida para berlinas, que empleará la marca de…
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