Una empresa asiática ha lanzado una oferta para reindustrializar Nissan Barcelona, que implicaría producir 150.000 unidades y crear alrededor de 2.000 empleos directos en el plazo de cinco años, según fuentes de la negociación a las que ha tenido acceso La Tribuna de Automoción.
Según estas mismas fuentes, la compañía estaría barajando otros emplazamientos, pero Barcelona se ha colocado en primera posición superando a Hungría y Turquía, aunque todavía quedan muchos pasos para poder dar por hecho que será la encargada de continuar el legado que dejará Nissan el 31 de diciembre de 2021, tras más de cuarenta años de actividad.
Una de las ventajas de este fabricante, además de tener ya tres vehículos homologados, por lo que no necesitaría solicitar patentes a la marca japonesa, como si ocurre con otros candidatos, es que el inicio de la producción sería prácticamente inmediato, una vez que se realizaran las inversiones oportunas —para lo que, en principio solicitan un compromiso de la Administración de 250 millones de euros— y la adaptación de las líneas, pero implicaría menos tiempo que otros proyectos.
Punch ofrece 46.000 unidades en 2025
No obstante, esta empresa, que ensambla furgonetas y pick-up, no sería la única opción. Sin ir más lejos, hoy Punch, un grupo belga que fabrica componentes, ha presentado sus planes para hacer 46.000 vehículos en las plantas barcelonesas de Nissan en 2025, una cifra que ascendería a más de 75.600 en 2030, incluyendo motores térmicos, pero también de hidrógeno, cuyo modelo han presentado hoy en la Ciudad Condal.
La oferta, presentada en firme a la comisión de reindustrialización (formada por Administración central y catalana, Nissan, los sindicatos y la consultora KPMG), supondría emplear a toda la plantilla que no se podrá prejubilar en diciembre de 2021, lo que implica al menos a 1.647 operarios, así como una inversión de 650 millones de euros, de los que 80 se emplearían para crear la nueva nave de pintura que necesita Zona Franca para seguir operando. Según el exdirector de operaciones de Nissan, Andy Palmer, que ahora asesora a la compañía europea, el desembolso total podría alcanzar los 1.000 millones en 2030.
Mientras que la producción de los modelos diésel, que en principio se basarían en la pick-up Navara, comenzarían ya en 2023, para los de hidrógeno la actual Nissan Barcelona tendría que esperar a 2024. Una vez que en Europa no fuera posible comercializar modelos térmicos, España los seguiría haciendo para otros mercados australianos y africanos.
Más adelante, el Grupo Punch, que da empleo a 1.750 personas en el mundo, también ha adelantado su intención de fabricar 10.000 patinetes, que en la actualidad hace en Turín.
El hub de descarbonización sigue en pie
Otro proyecto que continúa en la lucha por las instalaciones catalanas es el hub de descarbonización, que encabezan QEV Technologies y Ronn Motor Group, este último también pretende hacer vehículos de hidrógeno y se sumó al consorcio recientemente.
La vía de Silence tampoco está cerrada y, en principio, supondría la reindustrialización de la nave de Montcada i Reixac. Esa sería una de las principales bazas de la compañía española que busca más terreno para fabricar el cuadriciclo S04 para Seat, tal y como adelantó La Tribuna de Automoción recientemente.
Por su parte, el Comité de Empresa ha pedido una mayor participación de la Administración Pública en un momento clave, ya que este mes las compañías presentarán los proyectos definitivos a la mesa y se elegirá la mejor opción.