Contar con el abanico de plataformas y propulsores de los que dispone Stellantis entre sus componentes les permite desarrollar una gama eléctrica a sus marcas que, a pesar de tener piezas intercambiables entre sí, ocupan claramente nichos independientes y encuentran su público objetivo.
En el caso de Opel, se pueden apreciar las soluciones ingeniosas a las que han llegado con la arquitectura modular e-CMP, que usa la multinacional para sus vehículos cero emisiones. Solo ella ya actúa como la base del Corsa-e y el SUV Mokka-e, dos de los modelos con los cuales el emblema del rayo pretende llegar a los compradores generalistas. Ambos equipan una batería de 50 kWh, que, aparejada al propulsor de 100 kW (136 CV) y 230 Nm de par, con capacidad de efectuar 337 kilómetros entre conexiones para el compacto; en el caso del todocamino, por sus dimensiones mayores, esta se queda en 324 km.
Este sistema de propulsión les permite a ambos alcanzar el 80% de su capacidad en 30 minutos si se realiza la carga en una fuente de corriente continua de 100 kW, el máximo que toleran. En un wallbox trifásico de 11 kW, el tiempo hasta el 100% se extiende 15 minutos más allá de las cinco horas. Además, para preservar su tiempo de funcionamiento, tanto el Mokka-e como el Corsa-e regulan su potencia y par a través de tres modos de conducción: Sport (100%), Normal (80%) y Eco (60%).
Para Stellantis, uno de los segmentos más importantes es el de los vehículos comerciales. Entre sus marcas, ocupa la primera posición de varios mercados europeos —de hecho, Bruselas estudió vetar la fusión entre FCA y PSA por si generaba una situación anticompetitiva—, y la electrificación es clave. Este año, llegarán al mercado las versiones cero emisiones del derivado de turismo Combo, en sus variantes de pasajeros (Life) y de carga (Cargo), y del furgón Vivaro.
Esta última estará disponible en tres diferentes longitudes: pequeña, con 4,6 metros (5,1 m3 de carga útil); mediana, con 4,95 metros (5,8 m3); y grande, con 5,3 metros (6,6 m3). Las dos últimas podrán optar por baterías de 50 y 75 kWh, que les brindarán 230 y 330 km de distancia límite, respectivamente. El modelo más corto solo podrá equipar el acumulador ligero, y las tres montarán el propulsor de 100 kW presente en el Corsa-e y Mokka-e.
En cuanto al Combo-e, que llegará junto con sus hermanos de consorcio Peugeot Rifter y Citroën Berlingo, los datos preliminares de la marca cifran su autonomía en 285 km gracias a la batería de 50 kWh —para preservarla, la velocidad máxima estará limitada a 130 km/h—, que también admitirá 100 kW de corriente para su recarga. En un punto de 7,4 kW, alcanzar la totalidad supone siete horas y media.
De cara al segundo semestre, el emblema del rayo presentará dos nuevos modelos eléctricos: el sucesor del Astra y el Movano-e, el furgón grande —capaz de alcanzar 17 m3 de carga— que aprovechará el nuevo ADN disponible del grupo FCA y su Ducato eléctrica.