La llegada de Luca de Meo como consejero delegado del Grupo Renault en julio de 2020 ha conllevado una reestructuración de la organización ejecutiva de las marcas, dotándolas, desde enero de este año, en cada mercado de plena autonomía, a diferencia de lo que sucedía hasta entonces, cuando toda la responsabilidad del negocio de las firmas recaía sobre una sola dirección.
España, que junto a Portugal forma parte del área denominada Iberia, fue uno de los primeros países en implementar la nueva estructura, tal y como adelantó La Tribuna de Automoción, poniendo al frente, por un lado, a Sébastien Guigues de Renault y de Alpine, un exdirectivo proveniente de Seat; y a Francisco Hidalgo de Dacia.
En este segundo caso, el nuevo director general, que se responsabilizó desde septiembre de 2019 y hasta su nombramiento de la filial de concesionarios en Madrid del grupo del rombo, ha tenido que conformar al completo un equipo de ejecutivos en la firma rumana, al desgajarse organizativamente de la francesa. Un trabajo que se acaba de culminar recientemente y que ha dejado una plantilla muy joven, con una edad media de 40 años, pero con una amplia experiencia en el sector de automoción, y con un 70% de los profesionales mujeres.
El Comité de Dirección, encabezado por Hidalgo, lo integran otras cuatro personas: Ana Gema Ortega, Alaitz Garin, Fernando Vara y Enrique Arija, que pilotan, respectivamente, los departamentos de Ventas, Marketing, Posventa y Calidad y Financiero.
Dacia España, a por su ambiciosa meta
La nueva estructura directiva de Dacia se ha marcado como principal objetivo “seguir siendo la marca preferida de los españoles, como ocurrió en 2020 con un 8,15% de la cuota de mercado de particulares”, según informa la compañía en un comunicado, en el que señala como otro de los “grandes retos” mantener el Sandero como líder entre este tipo de clientes, tras ocupar el podio durante ocho años ininterrumpidamente.
La ambición de consolidarse como el número 1 en el canal privado en España se va a buscar aprovechando al máximo una fuerte ofensiva de producto hasta 2025, que va a dejar el lanzamiento de siete modelos, de los cuales dos serán del segmento C, una elección que no es casual, sino que se circunscribe en la pretensión de “crecer en rentabilidad”, según expone Hidalgo.
La hoja de ruta de futuro de la firma ya es muy intensa, puesto que ya se está afrontando la comercialización de su primer eléctrico, el Spring, que “promete revolucionar el mercado de los cero emisiones, al haberse convertido en el más asequible, al poder adquirirse por 9.550 euros con las ayudas del Plan Moves III”, indica la empresa, que ha definido su aventura en solitario como su tercera revolución, después de haber superado la segunda, que arrancó con la llegada a la gama del Duster en 2010, y la primera, con el relanzamiento de la enseña en 2005 con lanzamiento del Logan.