La negociación del nuevo convenio colectivo en el almacén central de recambios de Mercedes-Benz en Azuqueca de Henares (Guadalajara), que distribuye a las redes de concesionarios y servicios oficiales del grupo alemán en España, Portugal, Andorra y Marruecos, ha sido infructuosa hasta el momento y también conflictiva.
Desde el 3 de junio está en marcha una huelga indefinida en el centro, que ha sido convocada por el Comité de Empresa, gracias al apoyo de CCOO que cuenta con seis de los nueve miembros —los tres restantes pertenecen a UGT—.
Los paros se fijaron después de una reunión de mediación entre la empresa y los representantes de los trabajadores el 27 de mayo, en la que la dirección de Mercedes-Benz Parts Logistics Ibérica rechazó la propuesta realizada por los mediadores, que consistía en un aumento salarial del 2% en los cinco años del marco laboral, la creación de una paga de beneficios de 325 euros brutos anuales y seguir negociando sus planteamientos en relación a una doble escala salarial, la flexibilidad de horarios y la puesta en marcha de una bolsa de horas.
A este encuentro se llegó tras la celebración de seis reuniones de la mesa negociadora del convenio, que arrancó el pasado 15 de marzo, una vez la plantilla apoyó por mayoría que se abriera el proceso, que estaba bloqueado desde que la compañía decidiera a principios de 2018 dividir la actividad de las instalaciones de Azuqueca en cuatro unidades diferentes, a raíz de la reorganización societaria que ejecutó desde enero de 2017 la filial española del Grupo Daimler: se trataba de agrupar al personal de posventa y a los formadores —en total unos 50 empleados— en las sociedades Mercedes-Benz España (turismos), Mercedes-Benz Vans España (furgonetas) y Mercedes-Benz Trucks (camiones); mientras que la plantilla del almacén de piezas quedaría bajo del paraguas de Mercedes-Benz Parts Logistics Ibérica.
Para cada una de estas unidades de negocio, la compañía quería marcos laborales y comités de empresa propios, lo que fue rechazado por CCOO, que defendía que el actual órgano de representación de los trabajadores cubre a todos los operarios, hasta que no se celebren nuevas elecciones sindicales. Fruto de ello, llevó a juicio al fabricante, y en febrero de 2018 la Justicia les dio la razón, una sentencia que fue recurrida al Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. A raíz de la resolución de este conflicto, la plantilla del centro de recambios instó al Comité a que negociara un nuevo convenio —el actual caducó el 31 de diciembre de 2017—.
En las reuniones que se han celebrado hasta la fecha, Mercedes se ha movido muy poco de sus posiciones iniciales. En salario, solo ha aceptado una mejora de 0,25 puntos para 2019 y 2020, hasta el 1,25%, dejando intacta su propuesta para 2018 (1,20%) y 2021 y 2022 (1,25%); y ha elevado de un 0,75% a un 0,99% del salario el bonus anual por objetivos.
Tampoco suavizaron sus postulados en flexibilidad laboral —facultad de cambiar horas con dos días de preaviso— y en la creación de una bolsa de horas. Por el contrario, sí que accedió a modificar su planteamiento de doble escala salarial, permitiendo que las nuevas in tras seis años puedan cobrar el 100% del salario de entrada —antes llegar a ese porcentaje dependía de la voluntad de la empresa a los tres años—.