Esta información la trasladó el directivo en tres comparecencias de 45 minutos ante los empleados, repartidas en los turnos de mañana, tarde y noche. El ajuste marcado se aplicará sobre el conjunto de la actividad de la división de Vans, es decir, se conseguirá buscando mejoras de eficiencia y de calidad en los procesos y recortando en costes de todo tipo, tanto logísticos, energéticos como salariales, de acuerdo con las mismas fuentes.
Titos solo enunció la meta del plan Boost, pero no concretó el impacto en millones de euros que supondrá para la factoría de Vitoria ni tampoco el horizonte temporal en el que estará en vigor. Sin embargo, fuentes del sector advierten a este medio de que los ajustes “afectarán seguro a la contratación de trabajadores y a las retribuciones de los actuales”. El convenio colectivo vigente de la planta finaliza el 31 de diciembre de 2020.
Las mismas fuentes explican que para establecer los recortes se ha puesto como referencia una fábrica de nueva construcción del grupo alemán, que podría hacer todo tipo de vehículos y que tiene implantadas las últimas tecnologías de la conocida como Industria 4.0.
La política de disminución de gastos y de mejora de eficiencia no es nueva para la planta vasca, sino que se trata de una acción continua. Un ejemplo que lo evidencia es la evolución del personal eventual. Fuentes del sector indican que en estos momentos, con un programa anual de 148.000 unidades, hay alrededor de un 11% de trabajadores temporales, mientras que en 2018, a estas alturas del año, y con un volumen previsto de unas 150.000 furgonetas —eso sí con más sábados de producción activados—, había cerca de un 20%.
Más allá de enunciar las características generales del plan Boost, Titos aprovechó su intervención para transmitir un mensaje de confianza a los operarios, dándoles reiteradamente las gracias por su esfuerzo, y haciendo énfasis en que la factoría es referente dentro del consorcio y que de cara al futuro se va a seguir apostando por el capital humano.
Inversión para la Clase V eléctrica
Por otra parte, el director de la planta detalló algunos datos sobre el proyecto de fabricación de la versión eléctrica de la Clase V. Para este año, Mercedes tiene previsto invertir aproximadamente 31 millones de euros en las instalaciones, de los cuales 26 millones irán destinados a adaptaciones en la zona de Montaje Bruto y algo menos de cinco millones para Montaje Final.
Este desembolso se suma al que ya se efectuó para la producción de la Vito cero emisiones, cuyo ensamblaje en serie arrancó en septiembre del año pasado. Este medio adelantó en septiembre de 2017 que para ambas variantes de las furgonetas se estimaba inicialmente una inversión de alrededor de 34 millones de euros.
Desde el inicio de la producción de la eVito, el centro vasco ha montado cerca de 675 unidades. En cuento al modelo eléctrico de la Clase V, las primeras unidades a clientes se entregarán en mayo de 2020. Este vehículo contará con tres baterías y una autonomía de 450 km, según fuentes del sector.
