Juan Roig Valor / Madrid
En una medida similar al Grupo Volkswagen, BMW ha decidido reformar los contratos de distribución de su red de concesionarios para allanar el camino hacia el futuro de las ventas en el sector de la automoción. Los detalles del documento, que tenía como fecha límite para ser firmado el 1 de octubre, son muy parecidos en ambos consorcios alemanes.
Por ejemplo, BMW se reserva lo que denomina “venta directa”, una modalidad en la que los pedidos se hacen a través de su página web —opción que ya existe en algunos países como Reino Unido— y se usa a la red únicamente como punto de entrega. Ocurre lo mismo con las ventas de más de 20 vehículos, que antes podían ser gestionadas por las concesiones. En ambos casos, el centro de recogida recibiría una comisión que aún está por definir en los diferentes países europeos.
Otro punto de discordia es la propiedad de los datos de los clientes, que pasan a ser de la marca. El fabricante bávaro es conocido por ser muy celoso con la información de la que dispone, manifestándose en contra de iniciativas como la On-Board Application Platform (OBA-P) propuesta por la asociación europea de reparadores, Cecra, que permitiría no depender de los servidores de las marcas para acceder a los datos generados por los vehículos en tiempo real.
Pero el trago más amargo vino con una cláusula que ha hecho definir al contrato como “leonino” e “injusto” por las fuentes de la red consultadas por La Tribuna de Automoción: la firma implica renunciar al derecho de reclamación, en caso de que el contrato no sea renovado o cancelado.
“Nos vamos acostumbrando al trato que nos da el fabricante”, afirman los concesionarios, “el estatus de socio que teníamos hace 20 años se va perdiendo”. Los nuevos documentos, que se presentaron el 10 de septiembre, fijan la duración de la colaboración en cinco años, cuando antes eran indefinidos. “Cada vez tenemos menos capacidad de maniobra”, se lamentan.
Por normativa europea, los contratos tienen que ser homogéneos en todos los países que opera el fabricante. El texto fue redactado en Alemania y generó discordia en la asociación de concesionarios germana, que se mostró reacia a firmarlos pero acabó cediendo. El resultado es un documento de adhesión en el que la red decide si lo acepta o no, pero en el que su opinión tuvo poca repercusión.
Como consecuencia, “tenemos que depender de otras asociaciones más fuertes para que negocien por nosotros”, afirman los distribuidores. Esto se intensifica, además, por el proceso de concentración que está llevándose a cabo a nivel europeo en la red BMW. “La interlocución con la marca es más directa, pero la intermediación más débil”, advierten, “además, la foto final aún no está lista”.
En España, a lo largo de 2018 se ha pasado de 37 propietarios a 33, aunque las fuentes afirman que el número idóneo para la marca está más cerca de la quincena que de la treintena. La Tribuna de Automoción contactó a BMW para contrastar la información, pero el fabricante no se ha pronunciado al respecto.