Ignacio Anasagasti / Barcelona
La cuarta generación del Ibiza agota sus últimos cartuchos para dar paso a una nueva versión que va a marcar el camino de los vehículos del mismo segmento del Grupo Volkswagen. El consorcio alemán ha confiado a Seat ser la primera firma en estrenar la plataforma MQB A0, una innovación que aporta una gran flexibilidad industrial, puesto que permite ensamblar a partir de ella diferentes modelos y carrocerías de una misma categoría comercial.
El coche, que se lanzó al mercado en 1984 y que acumula desde entonces más de 5,4 millones de unidades vendidas, iniciará su comercialización en junio. Según explicó el presidente de Seat, Luca de Meo, en la presentación estática del modelo el pasado 31 de enero, éste inaugura “una nueva línea de producto” que tendrá continuidad a final de año con la fabricación de la variante SUV, denominada Arona. En ambos casos, la fabricación correrá a cargo de la factoría de Martorell (Barcelona)
A diferencia de su predecesor, el nuevo Ibiza sólo se ofertará con carrocería cinco puertas. La implantación de la nueva plataforma ha significado un cambio de dimensiones relevante. El urbano es dos milímetros más corto (hasta los 4.059 mm), 87 mm más ancho (hasta los 1.780 mm) y un milímetro más bajo (1.444 mm); mientras que la distancia entre ejes ha crecido en 95 mm (hasta los 2.564 mm). Con ello, se ha conseguido “la mejor habitabilidad” de la categoría, según la marca, que también destaca los 63 litros que ha ganado el maletero, hasta los 355, y la rebaja que se ha experimentado en el plano de carga.
En diseño, se ha hecho una adaptación del lenguaje estético que se estrenó con el León, lo que le ha imprimido un enfoque más deportivo. En la delantera, tienen protagonismo unos faros full led triangulares; y en el lateral, un doble blíster, que tiene continuidad en los pilotos traseros.
La mecánica estará compuesta, inicialmente. por un motor de gasolina 1.0 de tres cilindros con 95 y 115 CV, al que se le sumará, a finales de 2017, un 1.5 de cuatro cilindros y 150 CV. En diésel, la opción será un 1.6 de 80, 95 y 115 CV. Como en el León, la gama contará con una alternativa de gas natural comprimido con el propulsor 1.0 TGI de 90 CV. Las transmisiones disponibles serán manuales de seis y cinco velocidades y una automática de doble embrague DSG de siete marchas.
La oferta comercial se hará a través de cuatro acabados: Reference, Style, FR y XCellence. En el equipamiento tecnológico, destaca la presencia del sistema de control de crucero adaptativo y el de reconocimiento del cansancio, la protección de peatones (de serie) y una pantalla táctil de ocho pulgadas. No se queda atrás su apuesta por la conectividad, siendo un coche 100% conectado al integrar Apple Car Play, Android Auto y Mirror Link.
La llegada del nuevo Ibiza no supondrá la interrupción inmediata de la venta de la cuarta generación —actualmente, sólo se vende la versión de cinco puertas—, sino que ésta permanecerá hasta el cierre de ejercicio, con una oferta muy limitada en cuanto a personalización y con un precio muy competitivo.
