latribunadeautomocion.es / Madrid
Lo que se esperaba como una reunión de trabajo y como una oportunidad única para reconocer los esfuerzos conjuntos de los últimos años y poner el foco en los retos futuros, ha terminado por ser un encuentro de la discordia, que ha dejado un poso importante de “malestar” en el sector, según han reconocido diferentes fuentes a La Tribuna de Automoción. Así se puede resumir el sentir que ha dejado tras de sí la intervención del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la comida, en el Palacio Albéniz, con representantes sectoriales, con motivo del Salón Internacional del Automóvil de Barcelona.
El principal motivo del malestar entre diferentes empresas es el reconocimiento expreso que ha hecho Rajoy de la inversión del Grupo VW en España, dejando a un lado todas las demás que han realizado otros fabricantes en los últimos años. El presidente puso este anuncio del consorcio alemán como un ejemplo del “voto de confianza” de la industria del automóvil hacia España, a lo que su Ejecutivo ha respondido con “hechos”, como la aprobación de los diferentes planes PIVE.
Asimismo, el líder popular ha hecho un discurso muy centrado en los constructores de vehículos, sin darle casi protagonismo a las empresas auxiliares y a las de distribución y reparación, entre otras, algo que no ha sido muy bien recibido por diversos asistentes al encuentro.
Fuentes del sector han criticado que la presencia de Rajoy se debe más a una “visita de campaña política” y no tanto a su interés por trabajar por el beneficio del sector. En su intervención, el presidente ha hecho múltiples referencias a la situación económica de España, precisando que el país empieza a salir de la crisis y que la economía ha “abierto de par en par la puerta de la recuperación”.
