Citroën ha presentado el C4 Cactus, el modelo con el que la marca francesa quiere relanzar su oferta convencional de vehículos, tal y como hizo hace 5 años con éxito en su línea premium DS. Las claves: un estilo rompedor y moderno, unos motores y una carrocería eficientes y un sistema de infoentretenimiento que conecta al vehículo y sus ocupantes con el resto del mundo.
El 5 de febrero no es una fecha cualquiera para Citroën. Ese día en 1878 nació su fundador André-Gutave Citroën. Y ese día, hace cinco años, Citroën presentó la línea DS, que se ha convertido en un éxito comercial en todo el mundo. Sin embargo, los modelos DS habían “ensombrecido” a la gama estándar, tal como explicó el máximo dirigente de la compañía en la actualidad, Frédréric Banzet, hace dos días, también un 5 de febrero.
Por eso, antes de ayer Citroën presentó en París su nueva filosofía de automóvil encarnada en el C4 Cactus, un compacto con trazas de SUV moderno, que se fabricará en exclusiva para el mundo en la fábrica madrileña de PSA en Villaverde.
El vehículo rompe con los esquemas de Citroën hasta tal punto que Banzet afirmó que el Cactus supone “abrir un nuevo capítulo de nuestra historia”. En realidad, se trata de una apuesta arriesgada en el que ahonda en lo que, según Citroën, es lo fundamental para los clientes: diseño, eficiencia y conectividad.
La intención de la compañía ha sido simplificar todo lo que es accesorio hasta el punto de que los materiales utilizados en el coche rozan lo low cost, pero a la vez han logrado reducir el peso del coche hasta 200kg con respecto a uno convencional, hasta el punto de dejar su versión más ligera por debajo de los 1.000kg. Eficiencia, que se traslada a los consumos, con 3,1 litros a los 100 km con su motor diesel blue HDi de 100 CV y 82 gramos de CO2 cada kilómetro.
El diseño está inspirado en los valores que comparten los jóvenes de gran parte del mundo. El resultado es un coche robusto, con pasos de rueda elevados, a pesar de que el vehículo utiliza la vieja plataforma de PSA, lo que hace que el C4 Cactus sea más corto que el C4 convencional.
En los laterales, en la parte media de las puertas, se sitúa el airbump. Este recubrimiento tiene una función práctica y otra estética. Protege al coche de golpes laterales leves –que son a veces los más frecuentes- y recuerdan a las carcasas de los smartphones, como símbolo de lo primero que hacemos cuando nos compramos un móvil: protegerlo.
El airbump es probablemente su signo más distinguido pero no el único. Los asientos delanteros están unidos, casi en forma de sofá, dándole un estilo vintage, además de trasmitir un confort hogareño, acrecentado por la inclusión de un cojín a juego con la tapicería y que puede tener también su utilidad en los viajes largos.
Conectividad
La simplificación de elementos en el coche tiene su máxima expresión en el sistema de infoentretenimiento y en panel de control, a través de dos pantallas digitales, la consola central y otra de 7 pulgadas capaz de conectarse a internet.
Citroën también anunció un nuevo modelo de negocio que pasa por un renting para particulares o el pago por kilómetros recorridos para clientes que usen poco el coche. Se trata de un modelo complicado de aplicar, según fuentes de la filial española y que habrá que ver en qué países se implanta y de qué forma se articula.
Además, la compañía de los dos chevrones se abre a los clientes a través de la aplicación Citroën advisor. En ella, todos los que disfrutan de un vehículo Citroën podrán opinar libremente sobre él, resolver dudas y estar en contacto con toda la comunidad de la marca a nivel mundial.
Alberto Gutiérrez Molinero/ París (Francia)