Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid
El fabricante de componentes Mendiguren y Zarraua (Grupo MZ) ha garantizado a los trabajadores que la empresa tendrá viabilidad y podrá pagar salarios hasta, al menos, lo que queda de 2013, según han afirmado fuentes cercanas al proceso de liquidación del grupo.
En la última reunión mantenida ayer entre los administradores concursales con los representantes de los trabajadores, UGT llevó una propuesta de bajas voluntarias limitada a que pueda mantenerse la actividad y a que se puedan seguir sacando adelante los pedidos de sus clientes.
Para este sindicato, el objetivo fundamental de la empresa ahora mismo debe ser, precisamente, el de mantener la cartera de clientes para los que trabaja y que supone su principal activo para que aparezca un nuevo comprador que sostenga la actividad y mantenga los puestos de trabajo. Hace pocos días, marcas como Volkswagen-Audi, Seat, PSA Peugeot Citroën o Nissan ratificaron su confianza en el Grupo MZ para seguir trabajando con ellos.
Para no perjudicar a los trabajadores que prefieran seguir en la empresa, UGT ha propuesto que aquellos que salgan en base a este plan de bajas cobren del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) lo máximo que les permita la ley, mientras que el resto de lo que les correspondería de la empresa lo cobrarían al final del plan de liquidación, para garantizar que quede dinero para pagar a todos por igual, es decir, 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades fijado por la ley.
Los administradores se han mostrado favorables a este plan de bajas pero no han concretado los requisitos que pedirían para poder apuntarse ni el orden que se seguiría en caso de que hubiera un exceso de peticiones. UGT ha sugerido como uno de los posibles criterios la antigüedad en la empresa, pero en la reunión no se avanzó más sobre este tema.
El plan de liquidación, sin avances
Por otro lado, el plan de liquidación sigue estancado en el juzgado, donde el juez sigue sin aprobar el auto que daría inicio al periodo de consultas para extinguir la empresa, mientras que tampoco hay avances en la negociación con los bancos.
El plan de los administradores concursales estipulaba que un 37% de la liquidación iría destinado a los bancos, algo que éstos no aceptan, por lo que se sigue negociando una cantidad que satisfaga a ambas partes.
