Ignacio Anasagasti / Madrid
El Comité de Empresa de la fábrica de cigüeñales del grupo Volvo en Leganés recibió ayer la aprobación de la Dirección Provincial de Trabajo de Madrid para realizar cinco jornadas de huelga, el 30 de septiembre, y el 2, 4, 5 y 6 de octubre, en protesta por la situación de incertidumbre que vive la plantilla ante una amenaza de cierre, según han confirmado a La Tribuna de Automoción fuentes del sector.
Antes de convocar los paros, que serán totales en cada una de las jornadas, los representantes de los trabajadores, como marca la ley, acudieron al Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación de Madrid, sin que hubiera acuerdo alguno con la dirección del centro de producción. Los sindicatos reclaman a Volvo que presente “un plan industrial” que suponga nueva carga de trabajo para los próximos años y el mantenimiento del empleo.
El fabricante sueco, antes de las vacaciones estivales, comunicó a la plantilla que estaba analizando todas sus operaciones industriales en Europa a causa de la crisis en el mercado, lo que podría implicar hasta el cierre de las instalaciones de Leganés. La empresa concretó que informaría de sus planes en septiembre, algo que todavía no se ha producido.
En la reunión de mediación de ayer, la dirección de la planta madrileña señaló que muy probablemente vendrá un responsable de la matriz en Suecia para reunirse con el Comité de Empresa la semana del 30 de septiembre. En caso de que les confirmen la celebración de dicho encuentro, los sindicatos no tienen pensado desconvocar la huelga, sino, simplemente, se desactivará el día de la reunión en caso de que coincida con los paros.
Situación límite
El futuro de la planta de componentes de Leganés pende de un hilo. Por lo pronto, de las dos líneas de cigüeñales, una, la que produce los modelos MD5, MD7 y MD8, finalizará su actividad en marzo de 2014, afectando a entre 40 y 50 trabajadores de un total de 150 que conforman actualmente la plantilla.
Volvo tomó esta decisión, después de haber adjudicado la producción del nuevo modelo MD8 a una factoría en India, que se encargará de suministrar ese tipo de cigüeñal a todos los mercados. Hasta entonces, la planta de Leganés seguirá entregando producción a una fábrica de la empresa Deutz, en Alemania, la cual hace las veces de distribuidor con Volvo y otros clientes. Cuando se ponga fin a la actividad en la línea del centro madrileño, Deutz dejará de servir a Volvo, según explican fuentes del sector.
En el caso de la otra línea de producción, que produce el modelo MD11, Volvo está pendiente de comunicar en qué lugar se va a fabricar la nueva versión. Fuentes del sector indican que compiten, además de la planta de Leganés, otro suministrador oficial (Skode) en Suecia y uno externo (Sumitomo) en Estados Unidos.
Al Comité de Empresa de la factoría española le han comunicado que la decisión “no se ha tomado todavía”, sin embargo los empleados dudan de la veracidad de estas palabras. “Nos llega información de que en Skode están preparando planes e inversiones”, declaran fuentes sindicales, que sentencian que también en un centro de recambios de Volvo en Guadalajara, la dirección de Recursos Humanos podría haber informado a la plantilla de que se van a trasladar a Leganés en 2014. “Primero se comentó el año que viene y luego que en 2016”, precisan las mismas fuentes.
Los empleados de Volvo Leganés están dispuestos a hacer sacrificios para mantener la actividad, por lo que han comunicado al fabricante que aceptan congelarse el salario durante los próximos tres años.