Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid
Ford ha apuntalado su apuesta por la fábrica española en Almussafes con la adjudicación de la nueva generación de tres modelos: el Mondeo, el S-Max y el Galaxy, que se comercializan en todo el mundo, lo que reafirma el papel estratégico y global de la planta, según ha asegurado la marca del óvalo en un comunicado.
Los tres vehículos se fabricaban hasta ahora en la factoría belga de Genk, que echará el cierre a finales de 2014, después de que Ford llegara a un acuerdo con la plantilla la semana pasada. A la vez que se pone fin a la actividad en el centro belga, llegará el primer modelo a Almussafes, el Mondeo, mientras que el S-Max y el Galaxy se comenzarán a fabricar a lo largo de 2015.
El fabricante norteamericano ha destacado que los tres modelos serán “totalmente nuevos tanto en diseño como en las tecnologías que incorporan”, lo que afianza la idea del salto cualitativo que ha dado la factoría valenciana, que ha pasado de fabricar coches pequeños como el Ka y el Fiesta a grandes vehículos, con un mayor “contenido y valor añadido que se exportan a los cinco continentes”.
La llegada de estos modelos se unirá a la del Kuga, que comenzó a fabricarse en otoño de 2012 y que este año superará las 100.000 unidades, después de que en abril se revisara al alza su producción en 8.000 unidades.
También comenzará la producción en septiembre de los nuevos comerciales Transit Conect y Tourneo Connect, con los que Almussafes recuperará el tercer turno, un año antes de lo que tenía previsto la firma del óvalo.
De momento, Ford ha invertido 1.112 millones de euros y ha firmado un Acuerdo de Competitividad con los trabajadores en abril para preparar a la fábrica para esta nueva etapa en la que previsiblemente se recuperarán parte de los niveles productivos anteriores a la crisis. En 2013 se ensamblarán ya casi un 80% más de unidades que en 2012, 230.000, y se llegarán a los 300.000 en 2014.
