Jaume Roura se presentó como nuevo presidente de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) acompañado de su nueva junta directiva, y lo hizo con un mensaje de unidad y vertebración del sector, una búsqueda del trabajo conjunto de todos los elementos protagonistas, tanto asociaciones como empresas, dio un pequeño tirón de orejas a bancos y al Gobierno, y se mostró confiado en la salida del túnel que supone la crisis en la que nos encontramos.
En su primer mensaje público como presidente de Faconauto retomó la idea de la vertebración del sector, para que “sólo haya un interlocutor ante el Gobierno y las Administraciones” porque el trabajo realizado les beneficia a todos.
Apuntó a que su sector es uno de los que peor lo está pasando ante la situación de crisis sin ser culpables de ésta: “Hemos perdido mucha actividad económica, y han cerrado muchas empresas. Somos de los que más estamos pagando la crisis, y no la hemos provocado”, y apunta a que se han visto perjudicados por los intereses de otros: “En el sector no hemos hecho barbaridades, y estamos pagando las barbaridades y errores planteados desde las marcas, de gente que han estado de forma temporal, aunque nos seguimos ateniendo a sus decisiones”.
Y es que considera que en las marcas hay mucho cambio de responsable tanto de redes como de posventa que solo buscan la mejora personal, colocarse la medalla y que a la mínima que pueden cambian o promocionan en la compañía buscando otro puesto de mejor consideración.
Roura cree que la venta de coches no es una batalla que sólo afecte a los concesionarios, si las marcas fabrican coches es para venderlos a los clientes, los cuales deben tener una satisfacción del binomio que suponen marca y concesionario, y no para colocárselos a los concesionarios para que los almacenen y los apiles. Ante esto indicó. “Tenemos intereses conjuntos con las marcas y todos necesitamos que se puedan fabricar coches pero que estos se puedan vender”.
El nuevo presidente de Faconauto aprovechó también para anunciar una campaña de promoción de los servicios posventa oficial para eliminar lo que consideran que son falsas leyendas sobre sus talleres. Y es que considera que han “dejado que se hundan y su futuro es incierto”.
La Ley de Distribución y la crisis
No entiende los motivos por los que hubo tanto revuelo por la Ley de Distribución, puesto que aunque era una decisión que les favorecía no la iban a utilizar en contra de los fabricantes: “El Partido Popular, y el ahora ministro, votó a nuestro favor en siete ocasiones, hasta el momento en el que el Gobierno terminó por aprobar nuestra propuesta. Las marcas se asustaron y no entendemos por qué. Nunca quisimos devolver los coches, sólo en el momento en el que no consiguiéramos venderlo pasado el tiempo establecido, y esto no tendría por qué perjudicarles”.
También criticó la actuación de los bancos puesto que sin su crédito los clientes no pueden acceder al coche, y reflexionó sobre la posibilidad de que el propio sector se organice, cree algún tipo de institución bancaria que les haga independientes de la banca tradicional, y recordó que en España solo se necesitan 18.000 euros para crear un banco.
Adios de Romero-Haupold
Por su parte, Antonio Romero-Haupold, presidente saliente, comentó en la apertura del congreso: “Tras diez años ya ha llegado el momento de despedirse. La situación del sector es peor que cuando llegué, pero alguna cosa habremos hecho bien. Hemos conseguido que Faconauto esté en los medios, y tras esto hemos llegado a los políticos”. El gaditano considera que su trabajo a nivel local en Navarra, Galicia y Comunidad Valenciana, propició el Plan 2000E que alentó las ventas, y que ahora ha sido copiado en un alto porcentaje para el Plan PIVE.
Además, tuvo palabras de elogio para los representantes del resto de asociaciones, por el trabajo conjunto realizado por el bien del sector, aunque también llegó a pedir disculpas por los enfrentamientos que en este tiempo han tenido.
Carlos Olmo y Pablo M. Ballesteros / Madrid