Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid
El Grupo francés PSA Peugeot-Citroën ha reforzado su posición y solvencia tras la decisión del Gobierno francés de garantizar hasta 7.000 millones de euros a su filial financiera para que ésta pueda dar créditos a quienes compran sus vehículos.
El plan de ayuda a Banque PSA Finance, que supone un balón de oxígeno para la firma francesa, incluye que el Estado francés tenga un representante en el Consejo de Administración de PSA con derecho a voto y que también lo tengan los trabajadores.
Además, la empresa se comprometió a no distribuir dividendos, no realizar compras de títulos propios, a no otorgar a sus directivos opciones sobre acciones, ni acciones gratuitas hasta finales de 2015, periodo durante el cual el Estado ofrecerá su garantía.
El ministro de finanzas francés ha asegurado se pondrá en marcha un comité de garantía, con representantes de los poderes públicos y del fabricante, para llevar a cabo una evaluación de forma regular de la evolución de la empresa y de su filial bancaria, así como de las perspectivas.
Ese comité será un filtro que tendrá que dar su visto bueno a “cualquier operación que afecte al control o al perímetro del grupo y de sus principales filiales, así como a las evoluciones significativas de sus actividades”.
Esto supone que la empresa estará supervisada por el Estado. El administrador que pasará a formar parte del Consejo entrará antes de que este órgano se renueve en la próxima Asamblea General y formará parte también del comité estratégico.
La compañía también se comprometió a “buscar de forma permanente el mantenimiento de una actividad suficiente para garantizar cada uno de sus plantas de producción y de sus centros de investigación en Francia”.
Esto podría afectar al futuro de las fábricas españolas del grupo, ya que una de las posibles contrapartidas que impondra el Gobierno francés es que la reestructuración del Grupo afecte lo menos posible a las plantas y a los trabajadores franceses. El plan inicial presentado por la empresa era de suprimir 8.000 empleos y cerrar la factoría de Aulnay-sous-Nois, cerca de París.
4 nuevos modelos
En lo que sí mostró su apoyo el Gobierno fue con la alianza con General Motors. Ambas empresas han concretado los próximos pasos que dará la alianza entre ambos y que pasan por el desarrollo común de cuatro nuevos vehículos que comenzarían a comercializarse antes de que termine 2016.
Se tratará de un monovolumen compacto para las marcas Opel/Vauxhall y Peugeot; un monovolumen en el segmento de pequeños coches para Opel y Citroen; un coche pequeño con bajas emisiones de CO2 dirigido “a la nueva generación” para Opel/Vauxhall, Peugeot y Citroen en Europa y en el resto del mundo; y un vehículo del segmento D para esas mismas marcas.
Además, ambos grupos prevén conseguir sinergias por un monto de 2.000 millones de dólares anuales en los próximos cinco ejercicios.
Tras conocerse el rescate del Gobierno francés, así como los datos de facturación de los primeros 9 meses del año (-4,7%), los mercados han reaccionado negativamente. La acción de PSA ha llegado a caer esta mañana por encima del 7% y se situó en 5,44 euros, la cifra más baja desde 1986.
