Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid
Hace dos semanas, la directora general de Tráfico, María Seguí desglosó en el Congreso de los Diputados la estrategia de la DGT durante la legislatura, que incluía la intensificación de los controles de drogas al volante. Dicho y hecho, la DGT ha puesto hoy en marcha y hasta el 15 de julio una campaña especial de “tolerancia cero” con el consumo de alcohol y drogas.
Hasta ahora, la DGT había practicado algunos controles de drogas a los conductores como parte de un estudio europeo para determinar la proporción de conductores que consumen bajo los efectos de sustancias psicoactivas en los países de la Unión.
El resultado en España es que el consumo de drogas multiplica entre dos y siete veces las posibilidad de tener un accidente. Además, según ha publicado El Mundo, el 45% de los conductores fallecidos en accidente de tráfico ocurrido en carretera durante el año pasado dio positivo por consumo de alcohol, drogas o psicofármacos, según la memoria del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF).
De los casos que dieron positivo, el 77,78% había ingerido alcohol, el 37,54% se le detectó algún tipo de droga y un 21,20% había consumido psicofármacos. La sustancia más común fue la cocaína (implicado en el 54,72% de los casos), seguida del cannabis (en el 47,17%) y anfetaminas y drogas relacionadas (9,43%).
Ahora, la intención de Tráfico es realizar los controles de drogas de “una manera mucho más exhaustiva y frecuente”. Seguí no ha querido desvelar en cuántos controles se traducirán ese presupuesto, aunque señaló que en cualquier caso serán “muchos” y los cifró en “miles”.
En qué consiste el control
Los controles de drogas serán aleatorios; no hace falta haber cometido previamente una infracción de tráfico, y se realizarán mediante una sencilla prueba con una pequeña muestra de saliva, que se llevará a cabo inmediatamente después de los habituales test de alcoholemia.
En el caso de que este primer test de drogas dé negativo, el conductor podrá continuar su viaje, pero si da positivo, no podrá seguir conduciendo y tendrá que someterse a otra prueba, mucho más precisa que se remitirá con todas las garantías y custodias a un laboratorio y de la que saldría la posible sanción administrativa.
Conducir drogado está tipificado como infracción muy grave y castigado con una multa de 500 euros y la retirada de 6 puntos del permiso de conducir.
Por la vía penal
Además, si los agentes consideran -de acuerdo a un protocolo de diez variables- que debido al consumo de drogas, las condiciones psicofísicas del conductor están claramente alteradas, podrá ser sancionado también por la vía del Código Penal.
El Código Penal, en su artículo 379.2, establece para el delito de conducir drogado penas de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o bien la de trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días y en cualquier caso con la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a un año y hasta cuatro años.
