Ignacio Anasagasti / Madrid
La dirección de la fábrica de Suzuki en Porceyo (Gijón) comunicó ayer, en una reunión, con UGT y CC.OO. que, una vez finalice el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que está en vigor y que contempla 150 días de paros entre julio de 2011 y el 31 de marzo de 2013, están “previstos despidos para adecuar la plantilla a los niveles de fabricación”, según han informado a La Tribuna de Automoción fuentes sindicales.
Estas mismas fuentes calculan que, debido a volúmenes de producción estimados, la reducción de personal podría ascender “hasta un 40%” sobre un total de 197 trabajadores, lo que supondría prescindir de alrededor de 78. La fábrica asturiana, con la plantilla actual, está “preparada para producir 18.000 unidades”, mientras que este año ensamblará entre 11.000 y 11.500.
En la reunión, la dirección señaló que “la situación de la planta es difícil” y que la caída del mercado de motocicletas es “estructural”, lo que supondrá que no se sigan aprobando más ERE suspensivos (se llevan aplicando desde 2009), sino que haya que optar por uno extintivo.
Deslocalización de la nueva Burgman
El encuentro de ayer con los sindicatos se produce después de que los trabajadores expresaran, hace dos semanas, los temores de que Suzuki haya decidido “deslocalizar” a una fábrica tailandesa el nuevo modelo que se iba a producir en Gijón y que garantizaría la supervivencia del centro productivo.
La empresa les transmitió a los representantes de los trabajadores que el “nuevo modelo”, que será una actualización de la Burgman, “está previsto para 2013”, que “ya se han hecho inversiones” y que “no tienen noticias diferentes” por parte del fabricante japonés respecto a que no se vaya a producir en Gijón.
Sobre la motocicleta que se fabricará en Tailandia, que los trabajadores sospechaban que es la misma que está prevista para la planta asturiana, la dirección aseguró que se trata de un modelo “económico” y “similar”, ya que no comparte todas las piezas.
Ante estas explicaciones, los sindicatos se muestran todavía escépticos y señalan que la producción en Tailandia “pone en riesgo” la de la fábrica española. “Por qué se van a hacer unos modelos más caros” con la situación actual de mercado, sentencia fuentes sindicales.
Con este panorama por delante, los sindicatos, cuya “principal preocupación es el nuevo modelo” para evitar el cierre de la fábrica, se van a centrar en “exigir a las administraciones públicas que se preocupen de la situación”.
