El futuro de los talleres de reparación de vehículos pasa por su adaptación a la electrónica, en un escenario en el que los vehículos híbridos y eléctricos se irán imponiendo a los convencionales.
Esta es una de las principales conclusiones de las jornadas técnicas "El Futuro del taller. El taller del futuro", que tuvieron lugar la semana pasada en el salón Motortec Automechanika Ibérica celebrado en Madrid.
Los expertos en estas jornadas calculan que, el próximo año, de los 82 millones de vehículos que se fabrican anualmente sólo 300.000 serán eléctricos, pero 1.200.000 serán híbridos, y en 2020, tres millones de vehículos funcionarán totalmente con electricidad.
El proceso, informa Efe, será difícil para los talleres, que tendrán que adaptarse a la electrónica y habrá que preparar al personal técnicamente, explicó Lorenzo Jiménez, directivo de Bosch. Además, la gasolina es cara y se está agotando, luego por el bien del medio ambiente y el ahorro económico es incuestionable el paso al híbrido y más tarde al coche eléctrico.
Un proceso complicado
Según Jiménez el taller del futuro tiene que atender a varios puntos: excelencia en el servicio y las instalaciones, preparación técnica del personal, formación en nuevas tecnologías, precisión en la diagnosis y limpieza en las instalaciones, un aspecto fundamental para que funcionen adecuadamente las nuevas tecnologías.
Como ejemplo de la tecnificación del taller del futuro, Ángel Estremera, responsable de ventas de Electric Vehicle Solutions, aseguró que el principal reto para el taller es preservar la seguridad, tanto para el conductor como para el que lo repara, ya que se calcula que algunas de la baterías de los coches eléctricos tendrán 400 vatios, lo que puede provocar una descarga mortal si la manipulación no se efectúa correctamente.
Trajes especiales, alfombrillas y herramientas aislantes, voltímetros, serán algunos de los elementos necesarios para la correcta manipulación del vehículo.
latribunadeautomocion.es / Madrid