Santiago López / Madrid
El primer ministro japonés, Naoto Kan y el presidente boliviano Evo Morales han acordado recientemente colaborar conjuntamente para desarrollar la industria del litio, un material fundamental para la fabricación de baterías para teléfonos móviles, ordenadores y más recientemente coches.
A todo ello se le suma también la idea de crear la Planta Geotérmica Laguna Colorada, situada en la región del Potosí, en Bolivia. Y aunque la idea de desarrollar baterías para instalar en vehículos eléctricos suena a compromiso con el medio ambiente, resulta ser todo lo contrario.
Riesgo de contaminación
Laguna Colorada es un paraje natural de belleza inigualable, la zona se sitúa dentro de la Reseva Eduardo Abaroa, donde miles de especies de aves y otros animales autóctonos residen de forma permanente. La construcción de una planta geotérmica en la zona conlleva innumerables riesgos, ya no solo durante esta primera fase de asentamiento, donde el ruido supera el umbral del dolor y el ambiente se llena de polvo y humo, a lo largo de la explotación de la planta causarán mayor preocupación los químicos con mayor toxicidad como pueden ser: boro, litio, arsénico, sulfuro de hidrógeno, mercurio, rubidio y amoníaco. La mayoría de ellos se diluyen y permanecen en solución en el agua, por lo que pueden ingresar en la vegetación acuática y de allí pasar a los peces y aves de la región.
Los sistemas para evitar que esto suceda son realmente caros, es por tanto turno de estos dos países de hacer las cosas bien, y reconsiderar los acuerdos ya cerrados si es que no se van a molestar en cumplir con la ostentosa seguridad que se requiere en este caso.
